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25 dic de 2006

ESPÍRITU DE AMOR

Esperar la Navidad siempre fue una ilusión. De pequeños, en tiempos en que no estaba enraizado el consumismo, hacíamos cartas al Niño Dios unos quince días antes, pidiéndole lo imposible y esperábamos…; pero, no siempre recibíamos nuestros deseos, cuando al amanecer del 25 íbamos a ver nuestros zapatos dejados al pie del nacimiento. Sin embargo, nos sentíamos felices con lo que el Niño nos había traído; no importaba qué. Y nadie sabía cómo ni en qué momento nos había dejado los regalos, pero ahí estaba la imagen del Niñito Dios, mirándonos, junto a sus padres, José y Maria, y a sus juguetitos y los animalitos del pesebre.
Pero el tiempo pasó y poco se hizo por conservar lo nuestro, hasta que la tradición del Niño fue vencida por la del Papa Noel llegado sin pasaporte, pero bien recibido, como lo son todos los extranjeros que vienen a Bolivia.
Hoy, ese Papa Noel, como buen embajador del consumismo, se pasea por las calles quince días antes de la Navidad, hipnotizando a pequeños y a muchos grandes con mil disfraces y rostros distintos, aunque con la misma risa agringada, invitando a todos a comprar lo que sea. Y a media noche del 24 se hace presente en algunos hogares, con un nuevo disfraz, aunque algunos niños lo ven algo parecido al papá, al tío o al payasito del cumpleaños pasado; pero, igual cautiva a todos con su risa bonachona mientras reparte los regalos a niños y a adultos.
Hoy —con las calles abarrotadas de gente que no sabe qué comprar; de comerciantes preocupados que no saben si venderán todo y recuperarán lo invertido; de niños pudientes que piden fantasías y de papás sofisticados que conceden todo a sus vástagos, creyendo que el dinero reemplaza al amor; de otros niños villanciqueros convertidos en mendigos; de gente convertida en limosnera por necesidad o comodidad, pero vergonzantemente— parece que el verdadero Espíritu de la Navidad se aleja cada vez más: ese Espíritu de solidaridad, de perdón y olvido a las humillaciones o injurias recibidas; de desarme de pasiones, rencores, broncas acumuladas; de abrazos y encuentros; de alegría, de Paz; ese
Espíritu de Amor que sólo es posible cuando el corazón se abre sin condiciones hacia otr@s y hacia uno mismo.
Y así vamos hoy, un poco aún envueltos en la fiebre de comprar por comprar, pero mucho más en ofrecer (en lo pequeño que damos) lo mucho que queremos.
¡¡¡Feliz Navidad!!!

Dic 2006

22 dic de 2006

En el 86

Casi nada te pedí
casi nada me pediste
bastó mirarnos los ojos
e iniciamos un camino
sin que nada nos pidamos
tan sólo amándonos...

Nov. 2006

...NO SABE CUÁNTO TE QUIERO

¿Qué les puedo decir cuando me preguntan de ti?
¿Qué te quiero como antes o que saliste de mí?
Renuevo tu sonrisa en mi memoria,
cada día,
cada instante
y se me pierde la mirada en la nada
viéndote tras la ventana.
¿Te niego al callar lo mucho que te quiero?
No lo sé, pero poco importa a muchos.
Y en el silencio de las horas
grito tu nombre
y sigo diciéndole al viento
que te extraño
que te espero
que no sabe cuánto te quiero.


Nov. 2003

16 dic de 2006

COMPARTIENDO EL SALARIO

Utopías hechas realidad
COMPARTIENDO EL SALARIO

El éxito en una institución no es sólo el resultado del trabajo de quienes la dirigen, sino del conjunto del personal, donde cada funcionario, desde los de menor rango hasta los que tienen los cargos directivos, realizan sus labores con la intensidad debida y de acuerdo a sus funciones.
Y aunque en toda organización existen niveles de responsabilidad, correspondientes a una escala salarial —la que idealmente no debería tener una curva pronunciada, como la que se da en algunas instituciones donde el sueldo del funcionario de menor categoría es de quince a veinte veces menos al del primer ejecutivo— hay también un premio o incentivo denominado Bono de Producción, aliciente que en algunas instituciones lo dan los directivos a sus dependientes cada cierto tiempo, hecho significativo que crea corporativismo en su conjunto.
Ese premio monetario (puede que también se lo distribuya en especie o en otra forma equivalente), se lo da a cada uno de los trabajadores, siempre y cuando haya éxitos y excedentes, modo bastante efectivo de que todos participen de ellos, además de convertirse en una manera de incentivar el trabajo y comprometer a los trabajadores con su institución; así siempre ellos estarán agradecidos y cultivarán la lealtad.
Sin embargo, no siempre las autoridades actúan de esa manera. Existen casos en que sólo la cúpula goza de ese beneficio, como si únicamente ella fuera la que hace marchar a toda la organización. Esta situación, consecuentemente, genera un ambiente negativo entre los demás funcionarios, aunque, de alguna manera podemos decir que es aceptable en las instituciones de carácter privado, pues alli los dueños tienen todo el derecho de distribuir sus ganancias como mejor les parezca; pero, es censurable si la institución es pública, donde los directivos no han invertido ni un centavo de su patrimonio en ella, pues no existe argumento que justifique que solo unos pocos sean premiados. Además, los directivos ya tienen bastante con sus altos salarios, más otros privilegios colaterales que gozan, como para seguir acumulando.
Esta introducción la hago para contarles un hecho del que fui partícipe y que parece cuento. En ese episodio viví una situación laboral donde precisamente no había bonos (ni de producción ni de lealtad ni de silencio, como los que se descubrieron hace pocos años en la administración pública), pero sí una escala salarial muy pronunciada.
Coria el año 1995 y un par de amigos me invitó a trabajar en la organización del archivo de un banco estatal de fomento quebrado gracias a la enorme deuda que tenía por cobrar (donde los beneficiados fueron muchas empresas y gente pudiente) y a las reformas estructurales de ese tiempos; los indicados amigos fueron los que elaboraron el proyecto y en consecuencia lo dirigían.
El trabajo consistía en clasificar la documentación contable del banco y otros similares anteriores a éste, de más de 60 años de acuerdo al orden de procedencia de la documentación, es decir del origen documental en función de la estructura de la institución, forma habitual de organizar archivos. Para esto, había que sacar los documentos de grandes bolsas de un metro de altura por 60 centímetros de diámetro, en medio de una polvareda casi constante, para luego agruparla de acuerdo al organigrama de la institución y al año que corresponda, la que después era seleccionada, expurgada para descarte y acondicionada en cajones fabricados especialmente para su conservación permanente, los que eran dispuestos en grandes estantes en un galpón; posteriormente vendría la indización y catalogación. Allí encontramos desde billetes falsificados hasta cartas personales de funcionarios.
De esa manera se dio inicio al trabajo, que duró un año, donde todos trabajábamos exactamente igual, con la misma intensidad y esfuerzo, salvo la supervisión a cargo de determinadas personas. Pero al cabo del primer mes, cuando recibí el primer sueldo (que ya lo sabia de principio) la exagerada diferencia hacia los de mis superiores, como hacia quienes estaban por debajo mío, me decepcionó, pese a que sólo había tres niveles salariales, donde yo ocupaba el intermedio, como especialista en archivos.
Si bien estaba de acuerdo en la jerarquización, la que se daba por el grado de responsabilidad, no compartía la exagerada brecha salarial que dispusieron quienes dirigían el proyecto, más aun si la forma de organización del archivo la fuimos elaborando conjuntamente, de acuerdo a como íbamos descubriendo el tipo de documentación existente. Y aunque yo estaba en el segundo nivel, lo que económicamente me favorecía, no me parecía correcto que los de abajo ganen muchísimo menos; entonces decidí, redistribuir mi sueldo, aumentado al de quienes me seguían.
Han pasado once años desde entonces y me alegro completamente de haber tomado esa decisión; tal vez de esa forma realizaba —en un pequeño escenario, en mi pequeño mundo— la utopía por la que luché y continúo luchando. Pero recién ahora me pongo a pensar, en estos días de Navidad donde uno comparte “cosas” con personas que aprecia y brinda deseos buenos a todos, si les habrá servido de algo ese episodio a aquellos compañeros, a quienes no volví a ver más, excepto a uno de los autores del proyecto, a quien le saludo cordialmente cuando me encuentro...

Yuri
Diciembre 2006

10 nov de 2006

ARRIMESE COMPAÑERA

Arrímese compañera
que ya empieza un nuevo canto
en risa convierta el llanto
y la sombra en primavera

Yuri
Covendo , dic 1987

9 nov de 2006

...casi intacta

Te atesoro casi intacta,
siempre integra,
aún cuando se pierdan tus ojos
sin que miren a los míos...
pero al ver tu dulce sonrisa,
tan suave, tan delicada,
me invita a rearmarte,
a buscarte, a encontrarte
en medio de tanto bullicio.
Y te hallo ahí, incólume,
intocable, casi ilesa,
esperando(te), esperando(me)

a que nos invada una aura

24 oct de 2006

QUISE...

Vi volar tus ojos en la inmensidad del tiempo
quise agarrarlos, quise tenerlos.
Vi a tu boca crear la sonrisa más dulce,
quise besarla, quise tocarla.
Vi tus manos, presentes, siempre presentes,
quise acariciarlas, quise poseerlas.
Veo tu rostro empapado de nieve, lo veo,
y sin acercarme, desaparece.


Yuri
Mayo 1977

11 oct de 2006

MUJERES



Vendedoras en San Pedro (Foto: Yuri)

Es curioso como el gobierno de Bolivia, con fuerte ideología indígena, no se haya manifestado para nada el pasado 5 de septiembre, día en que la indígena Bartolina Sisa —compañera de vida y lucha del líder Tupac Katari o Julian Apaza— fue descuartizada por las fuerzas españolas tras ser derrotada la sublevación indígena iniciada en 1780 que se atrevió a levantarse en armas para reclamar sus derechos como simples humanos conculcados la Corona de España. Y es más curioso aún, cómo ni la Federación de Mujeres Campesinas de Bolivia que lleva precisamente el nombre de la heroína, tampoco haya dicho nada.
Según una fuente, el 5 de septiembre fue instituido como Día Internacional de la Mujer Indígena en 1983 durante el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América Latina, realizado en la población de Tiwanaku, sitio donde se levantó una imponente y expansiva cultura que tuvo mucha influencia en las costas, tierras altas y valles de las actuales repúblicas de Bolivia, Perú, y Chile. http://www.servindi.org/archivo/2006/1073

Y aunque las fechas conmemorativas sólo se acuerdan del suceso o a la persona homenajeada por un día, adjunto dos opiniones que escribí hace algún tiempo y que no dejan de tener actualidad, aprovechando que hoy se celebra el Día de la Mujer Boliviana. Entonces a ellas van mis mejores deseos por ser madres-hijas, abuelas-nietas, compañeras-esposas-amantes-amadas, ancianas-adultas-jóvenes-niñas, esperando que nunca pierdan su libertad, autonomía y dignidad.

UN BESO A TODAS

Los homenajes nos llevan siempre a maximizar las virtudes e ignorar los defectos, más aun si se trata de situaciones o personajes genéricos. Así, sin ánimo de aguar fiestas, vale la pena detenerse un momento y analizar el lado claro y el oscuro del personaje recién homenajeado: la mujer.
Se puede afirmar que desde los albores de la humanidad, la mujer ocupó un lugar subalterno en las diversas sociedades, exceptuando, tal vez, su situación en algunas culturas matriarcales que se perdieron en el tiempo.
En la mayoría de los pueblos la mujer ha mantenido una imagen sumisa, resignada, predestinada a servir al hombre y a ocupar varios escalones por debajo de él, incluso en procesos revolucionarias donde se suponía que el hombre y la mujer eran iguales en derechos. Pero esa herencia de siglos remotos la hemos heredado hoy, en pleno siglo del hiperliberalismo, donde se suponía que la desigualdad de oportunidades, la iniquidad, el atropello contra lo diverso ya habían sido superados.
A veces nos indignábamos cuando oíamos que los talibanes de Afganistán despojaban a las mujeres de todos sus derechos, obligándolas a no trabajar fuera de sus casas ni circular libremente ni estudiar y ocultar su cuerpo, incluido su rostro, con largos velos que sólo dejan una abertura en el sector de los ojos. Pero acá, que también se ha despojado a las mujeres de varios derechos, no se nos mueve un pelo cuando tenemos cerca, especialmente a mujeres migrantes de origen indígena, trabajando más de 15 horas al día en labores de servidumbre doméstica, o cuando empresarios explotadores contratan a jóvenes mujeres por 300 o 400 bolivianos en trabajos pesados que duran más de 12 horas. En estos casos salen a flote los argumentos de la igualdad de oportunidades, y, aclaro mi reclamo: no es por convertirme en protector del “sexo débil”, sino porque en definitiva hay más predisposición de abusar a las mujeres por considerarlas más dóciles. Por ellas, no va ningún homenaje, sino la arenga para que se rebelen y reclamen sus derechos.
Pero así como hubo y hay valientes mujeres que se enfrentan al poder (sólo recordemos a las de la Coronilla en Cochabamba o a las que fueron ametralladas en 1942 en los campos de Catavi o a las mujeres mineras que con su Huelga de Hambre dieron la estocada final a la dictadura de Banzer, en enero de 1978), también hubo desalmadas que no les tembló la mano para castigar a gente indefensa. A esas las encontramos en las prisiones y campos de concentración en las dictaduras pasadas, gozando con las torturas y represión que imprimieron. Para ellas va nuestro repudio y, sin animo de revancha, esperamos que en algún momento les llegue el castigo, ahora que el velo que cubrió el oscuro Plan Cóndor se va destapando.
Pero, haciendo un paréntesis y esperando que incluso las desalmadas se rehabiliten y que no surjan otras nuevas, no dejo de admirar a la mujer, a la niña, a la joven, a la madre y a la abuela, a la soltera y a la casada o juntada; y para todas ellas me presto unos versos de Miguel Hernández, poeta español, amante y guerrero, muerto de amor y de represión en las cárceles de un dictador: “No puedo olvidar / que no tengo alas / que no tengo mar / vereda ni nada / con que irte a besar.”

Yuri (2001)

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MUJERES CON DIGNIDAD

Hoy se celebra el Día de la Mujer, motivo por el cual los homenajes menudearon en muchas instituciones y hogares. Pero, este homenaje —en una sociedad machista en la que vivimos— no deja de ser un saludo a la bandera, pues los derechos de las mujeres sigue postergados, al mismo tiempo que la actitud de muchas de ellas es también machista, reforzando así al sistema.
El rol subalterno de la mujer en nuestra sociedad viene diseñado desde el hogar, por más que se diga que “cada vez hay más mujeres ocupando cargos de responsabilidad”.
Desde que son niñas se les va inclinando hacia juegos —de cocina, de labores del hogar o de maternidad y muy poco o nada a jugar con autos por decir uno clásico de varones— que en su madurez serán asumidos como actividades propias. Contrariamente a los niños se les “reflexiona” cuando participan en esos juegos de mujercitas, no faltando a veces el calificativo de maricón a los persistentes.
Ya adolescentes, las mujeres maduran mucho antes que los hombres, es decir, asumen más rápidamente sus cambios corporales y emocionales; pero —aun no entiendo porqué— en muchas de ellas surge cierta ingenuidad que luego es aprovechada por la mayoría de los varones.
La siguiente etapa de la vida conlleva asumir responsabilidad y defender derechos, tanto para mujeres como para varones. El enamoramiento, la conformación de parejas que puede o no institucionalizarse en matrimonios, en hogares, y luego los hijos, donde cada parte tiene su rol. Y aquí empieza el conflicto.
Muchas parejas se disuelven rápidamente, otras no llegan ni a convivir, pero vienen los hijos y muchas mujeres se convierten en madres solteras; y con ellas los pequeños viven bajo el estigma de “¿quién será su padre?”.
El Código del Niño, Niña y Adolescente establece que los niños y niñas que solo tengan madre o padre conocido, serán registrados con un segundo apellido para evita la discriminación. Pero, esta disposición no hace más que aumentarla, porque es peor inventar situaciones ficticias a asumir la realidad con dignidad, al mismo tiempo que hacer comprender —en los hogares, en la escuela y donde se reproducen estas posiciones falsas— que no es anormal tener sólo madre y en consecuencia sólo un apellido.
La responsabilidad y los derechos van de la mano, pero su ligazón a las personas está dado por un delgado hilo poco cultivado: la dignidad.
Muchas mujeres aceptan con dignidad su situación de madres solteras, aun sabiendo que podrían exigir el cumplimiento de sus derechos para sí mismas como para los hijos procreados, pero prefieren asumir la realidad antes que convertir a sus hijos en recursos de sobrevivencia y vivir en un conflicto interminable en el que sufren los pequeños. Por otra parte hay también muchas mujeres que aceptan un primer apellido para sus hijos, que pelean por las "sagradas" pensiones familiares (si la pareja se ha separado) y otros “derechos” más a costa del maltrato del procreador antes que padre. ¿Ellas no pueden valerse por si mismas? La conquista de derechos está bien, pero antes valen más el cariño y el amor.
Valerse por si mismos debería ser uno de las primeras lecciones que se de en el hogar y en la escuela a la par de la responsabilidad y la defensa de la dignidad, aunque el derecho diga lo contrario

Yuri (2002)

9 oct de 2006

MATANZA EN HUANUNI

Acción de agentes del poder económico supranacional y de tontos útiles

El martes 3 de octubre sucedía en Sucre un hecho por demás insólito: el constituyente Román Loayza se presentó nuevamente al seno de los debates y llamó a la reconciliación, tras sufrir una caída casi mortal en una sesión borrascosa donde oficialistas y opositores al gobierno boliviano de Evo Morales no pudieron ponerse de acuerdo en procedimientos de cómo llevar adelante la Asamblea Constituyente.

Al borde de la muerte, el asambleísta Loayza con seguridad tuvo un encuentro con Dios, con esa fuerza que para muchos es sólo imaginaria, encuentro que le hizo cambiar la visión de su vida y entorno: “Estoy volviendo con más fuerza, pero con fuerza de cariño, con fuerza de amor, con fuerza de respeto (…) Todos somos amigos y, como amigos, nos tenemos que tratar. Yo pensaba, ¿qué he hecho mal, por qué me ha castigado Dios? De repente es una prueba, de repente a algunos les he fallado. ¡Perdóname Dios!!!” http://www.la-razon.com/versiones/20061004_005684/nota_249_340303.htm

Y cuando casi todo parecía volver a la normalidad, cuando ese fantasma de la “guerra civil” parecía disiparse (fantasma alentado por ciertos intereses ocultos), el jueves 5 y viernes 6, mineros sindicalizados y cooperativistas se enfrentaron a muerte por la posesión de parajes en el cerro Posokoni, un yacimiento minero de estaño en Huanuni, localidad que conocí en 1978 con Miriam, cuando teníamos la esperanza de que en un futuro inmediato habría cambios sociales con justicia y equidad; pero, a 28 años de entonces, ese mismo Huanuni que sigue en la pobreza, se desangra por la intransigencia y la sin razón, y lo mínimo que hoy pide es paz.

Lo sucedido en ese distrito minero es desastroso: la cifra de víctimas —oficial: 16 muertos y 57 heridos; el Defensor del Pueblo: 21 muertos y un número indeterminado de heridos; medios de información: 19 muertos y mas de 81 heridos— deja ver al desnudo nuestra irracionalidad, de los humanos, que cegados por la ira, la codicia, la acumulación de bienes y su defensa a cualquier costa. podemos perder la cordura y llegar no sólo al enfrentamiento verbal (como normalmente sucede en las sesiones de la Asamblea Constituyente y del Congreso Nacional o en cualquier conflicto exacerbado, privado o público), sino también a la agresión física, donde no gana ni el vencedor ni el vencido, porque ninguno tendrá a partir de entonces paz en su conciencia, el primero por haber usado más fuerza que su oponente y el segundo por haber sido humillado, quien esperará otro momento para la revancha. http://www.erbol.com.bo/6-10-06listafinal.htm, http://www.la-razon.com/versiones/20061008_005668/nota_249_341891.htm

¿Y quién es el culpable de esa locura? ¿El Gobierno? ¿El Ministro de Minería? ¿Los dirigentes sindicales y cooperativistas? ¿El heredado y pesado sistema administrativo que no puede ser cambiado? ¿El famoso Decreto Supremo 21060? Se habla de que se iniciarán investigaciones para encontrar a los responsables, mientras todos se echan la culpa entre todos.

Pero (y no es por defender a nadie) si el Gobierno, como dicen, no hizo nada para dar solución al conflicto; si los dirigentes de ambos sectores no conciliaron y concertaron, mostrando más bien su normal intransigencia; si los dirigente medios, no buscaron salidas nobles que eviten la muerte; si nadie hizo nada para que entre parientes, amigos, paisanos se maten; entonces ¿quién es el culpable? Todos son (y somos) culpables, porque no es justificativo llegar al enfrentamiento mortal y fatal si un órgano superior (llámese Estado, autoridades de ministerios o cúpulas dirigenciales) no da soluciones. Lo correcto era que cualquier dirigente medio o minero de base podía haber impulsado la conciliación y no dejarse llevar más bien por el “todo o nada”; por eso, todos son (y somos) responsables al actuar irracionalmente en esa confrontación.

Estoy seguro que detrás de estos siniestros acontecimientos está la mano negra del poder económico supranacional, cuyo objetivo es controlar los recursos estratégicos. Y para ello (así siempre hicieron los que detentan el poder económico mundial) tienen agentes en todos los sectores de la sociedad (dentro y fuera del Gobierno), quienes actúan con intransigencia para llegar pronto al enfrentamiento, caldo de cultivo para que tras la fratricida contienda, aparezcan las fuerzas armadas “salvadoras” de esos poderes (bajo la máscara de “Cascos Azules”) para imponernos la “paz”, e inmediatamente iniciar el negocio, bajo un régimen títere, en la administración de nuestros recursos (gas, hierro, minerales, bosques, agua, etc. ) y en la reconstrucción del país destruido.

Es que no podemos darnos cuenta que lo sucedido en Huanuni es un ensayo de lo que nos puede suceder si es que actuamos como tontos útiles del poder económico y de sus intereses ocultos. Los francotiradores situados en las cercanías al cerro disputado y que dispararon con precisión, aparentemente mataron indistintamente, lo cual enardeció mucho más a los grupos enfrentados: el objetivo parece que era crear una situación que desencadene más confrontación hasta involucrar a otros centros mineros y convertirla en incontrolable. Y parte de esa estrategia fue también la muerte de población civil que nada tenía que ver en el conflicto, como el caso de la anciana que fue despedazada por dinamitazos tras esconderse en su local, creyendo que allí estaría segura; pero, la destrucción de los puestos de venta en el mercado de la población por la acción de los explosivos, cobraron esa víctima más. http://www.laprensa.com.bo/hoy/especial/especial02.htm

Claro que en este drama tiene su buena cuota las cúpulas de los partidos tradicionales (MNR, MIR, NFR, UCS. ADN) que se la tienen jurada al Gobierno actual, pues tuvieron que aguantar el recorte de su mandato y de jar de gozar de sus privilegios tras la caída del anterior sistema y su Parlamento, partidos que no cesarán de buscar cualquier pretexto para crear conflictos y generar incertidumbre y cansancio en muchos sectores de la población, a fin de justificar un cambio de gobierno; lo que hoy sucede (9 de octubre) en la sede de Gobierno con el bloqueo de calles por los chóferes dirigidos por Franklin Durán, ex diputado suplente de NFR, es parte de ese plan.

Y es así como sucedió (y está sucediendo) en Afganistán e Irak, países donde los ganadores son los empresarios de la industria armamentista, los empresarios petroleros, los constructores, los de servicios… y no son precisamente los ciudadanos comunes, quienes más bien siguen haciéndose llevar por las pasiones irreconciliables que sólo dividen.

No sería la primera vez en la historia de la humanidad que los poderes económicos supranacionales y los países que los protegen creen situaciones de beligerancia interna para luego sacar beneficios: la ocupación de las ultimas colonias españolas (Cuba, Filipinas y Puerto Rico) por los Estados Unidos a comienzos del siglo XX obedeció a ese tipo de conspiraciones, lo mismo que la creación de Panamá (1905) tras su secesión de Colombia, y así también fue en Grenada (1983), Panamá (1989), en Haití (1994) y en tantos otros lugares o su intervención indirecta para imponer dictaduras militares en Sudamérica en la década de los 70.

En 1912, el mismo año en que los Estados Unidos invadía militarmente a Panamá con el argumento de poner fin al desorden y acabar con la corrupción (en realidad fue para asegurar su dominio sobre el Canal interoceánico, pues se quedaron allí hasta 1933), su presidente William H. Taft sentenciaba: "No está lejano el día en que tres banderas de barras y estrellas señalen en tres sitios equidistantes la extensión de nuestro territorio: una en el Polo Norte, otra en el Canal de Panamá y la tercera en el Polo Sur. Todo el hemisferio será nuestro de hecho, como, en virtud de nuestra superioridad racial, ya es nuestro moralmente". http://www.zocalo.cl/ratonera/articulo.asp?aCat=3&art=35

Aun estamos a tiempo de desenmascarar a los intransigentes de cualquier lado (oficialistas u opositores; sindicalizados o cuentapropistas; profesionales o empíricos; etc.), que como agentes o como tontos útiles nos quieren arrastrar al enfrentamiento fratricida, donde sólo ganarán los capitales transnacionales y los países que los protegen; pero, nunca Bolivia ni sus habitantes.

Yuri

MAS AL CHE



En la Higuera. Encuentro Mundial Ernesto Che Guevara - 30 Aniversario. Vallegrande, 5-11 octubre 1997 (Foto: Yuri)

TAL VEZ NO NOS EQUIVOCAMOS

Tal vez llegamos tarde a incorporarnos
a esta hora en que muchos renegaron,
tal vez digan que no es tiempo de seguirte
en esta incertidumbre que heredamos.

Tal vez a ratos te preguntes:
¿dónde están los viejos adulones
que en tiempo de rentados funcionarios
esperaban ansiosos la llegada
de la línea dogmática lejana?

Tal vez hoy puedas encontrarlos
en mullidos sillones de oficinas
como asesores y consultores sin vergüenza
como agentes del dinero y la excelencia.

Tal vez aparezcan estos días
a rendirte homenajes fermentados
luciendo el cinismo acostumbrado
luciendo falsas luchas del pasado
vendiendo su imagen de impostores.

Tal vez no nos equivocamos en seguirte
en un tiempo a destiempo de utopías
pues contigo más ganamos que perdemos
sin gozar, como tú, de privilegios.

Yuri
Sep 1997

8 oct de 2006

LA PASTORA NO DIO AVISO DEL CHE


La Higuera. Encuentro Mundial Ernesto Che Guevara - 30 Aniversario. Vallegrande, 5-11 octubre 1997 (Foto: Yuri)

Otros informaron de la presencia del Che
La pastora de cabras no dio el aviso

Una campesino atemorizado cultivador de papas, ve al amanecer del 8 de octubre el paso de guerrilleros por su terreno. Su denuncia es determinante para que el Ejército cerque al grupo del Che

Mi padre tenía una propiedad con sembradíos de caña en la quebrada San Antonio, a 7 Km. de la Higuera, en la otra banda del Río Grande, ya en Chuquisaca, cerca a El Oro y Ocampo, dice Dionisio Rivas Brito, hoy abogado. Él investigó los sucesos que motivaron la emboscada al grupo del Che en la Quebrada del Churo.
En esa época Rivas tiene 6 a 7 años. El 27 de septiembre del 67, un destacamento militar de 150 hombres pasa por su casa; está comandado por el Cap. Gary Prado Salmón. Un día antes la vanguardia guerrillera es emboscada por el Ejército en el sector llamado El Batán, cerca a La Higuera; allí son victimados Coco Peredo, Miguel y Julio. También, cerca de su casa, es apresado el Camba, uno de los sobrevivientes de esa emboscada; lo agarran cuando una patrulla militar baja a la quebrada a recoger agua.
Días después, el 7 de octubre, el Che escribe en la última página de su diario el paso de su columna por las cercanías de La Higuera. Por la tarde, una pastora de cabras los descubre y tras detenerla le recomiendan no decir nada de su presencia; luego tratan de salir del sector ya que el cerco del Ejército se acentúa.
De la pastora siempre se sospechó de ser la que denunció, ante los militares, la presencia guerrillera en ese sector; sin embargo, no fue así.
Según Rivas y otros testimonios recogidos en La Higuera, aquel 7 de octubre, muy de noche, el grupo del Che pasa por un sector, según su Diario, “que no tiene casas cerca, pero sí sembradíos de papa regados por acequias del mismo arroyo”.
Esa misma noche, Pedro Peña, campesino del lugar, va a ese hueco a regar sus plantas de papa y se queda allí a dormir. A eso de las tres de la mañana del 8 de octubre, Peña ve que unas personas pasan por su cerco “haciendo sonar fierros”, es decir sus armas, por lo que supone que son los guerrilleros.
Ese mismo instante, sin ser visto, Peña se dirige a Jagüey para avisar al corregidor Manuel Herrera de la presencia guerrillera; éste a su vez va a La Higuera para informar a los capitanes Pérez y Huerta, quienes coordinan la acción con el capitán Prado que está en el Abra del Picacho. Son las cinco de la mañana.
Tras la denuncia, de Peña primero y de Herrera después, los militares organizaron el cerco y los hechos culminan al día siguiente con el asesinato del Che en la escuelita de La Higuera.
Gary Prado, dice Rivas, nunca investigó por su cuenta quiénes le dieron la información.

Campesinos amedrentados

El temor era evidente, dice Rivas, más aún cuando un campesino del lugar después de ayudar al guerrillero Antonio Domínguez (León) a cambiarse de ropa y cortarse el cabello, fue apresado por el Ejército y torturado. Con esos métodos represivos y de amedrentamiento, era difícil que los lugareños no dieran información a los militares. Esa presión impidió también que los guerrilleros consigan datos de los movimientos militares, que para entonces ya habían ocupado Pucará.
Conrado Calzadilla, vecino de esta última población, quien entonces tenía 34 años, dice que cuando la guerrilla se acercó más a Pucará, el Ejército hizo allí su campamento y cercó el pueblo, impidiendo que los pobladores dieran cualquier información a los guerrilleros.
De acuerdo al Diario del Che, el 26 de septiembre el grupo llega a Jagüey y se encuentra con un comerciante que bajaba de Pucará a la Higuera, quien, al ser requerido sobre movimiento de tropas, miente, indicando que no vio nada. De haber sabido el Che de que las tropas del Ejército estaban cerca, dice Rivas, se hubieran alejado del lugar y nunca hubiera sucedido la emboscada en la Quebrada de el Churo.
En esa época, los campesinos del lugar oyeron por primera vez el término guerrilla y pensaban que era mala gente. “Nosotros, dice Calzadilla, no pensábamos ni en sueños que la guerrilla había sido a nuestro favor, en favor de la gente humilde, los campesinos. Si nosotros hubiésemos estado al tanto de eso, la guerrilla nunca iba a fracasar. Digo esto sinceramente, porque al menos, desde que yo he conocido la línea del Che, del Comandante, he creído que ellos vinieron a ayudarnos y no como decía el Ejército, que eran gente mala.”
“Pero nos comprometían, nos obligaban los militares, cada día a una familia, dar la mesa a uno o dos soldaditos, porque parece que ellos no tenían víveres o era escaso. Les hemos cooperado, porque no había cómo contradecir al Ejército.”
“Nos metían mucho miedo, nos decían que si los guerrilleros triunfaban íbamos a perder todo y que trabajaríamos para ellos y sólo seríamos sus peones. Por eso no pudimos cooperarlos y además no conocíamos nada de guerrillas y que los guerrilleros era la mejor gente que vino a luchar. Pero nosotros no conocíamos eso. Mala suerte. Lástima que el Comandante no vino antes de entrar a la guerrilla a que tome conciencia la gente, a hacerse conocer quién era. De esa manera, hubiera sido fácil.”
En un momento del relato, cuando una cubana que también visitaba La Higuera interrumpió la conversación, Calzadilla le dijo estar alegre de que llegue a conocer estos pagos, pero “mala suerte que tarde y que dieran lugar a que el Comandante muera”.

Los dólares

Conrado Calzadilla, vecino de Pucará y quien entonces tenía 34 años, confirma que Pedro Peña tenía unos sembradíos de papa en ese sector y que por allí había pasado el grupito guerrillero, “que estaba completamente atropellado por el Ejército”. Cuando Peña estaba regando su papa, vio a los guerrilleros que pasaban por allí, entonces se metió al monte y huyó.
Los guerrilleros, según Calzadilla, cuando llegaron al lugar ocultaron un bolsón de dinero en un tanque de agua que estaba en ese sembradío; él asegura que habrían dicho que “en vez que este dinero lo hallen los militares que se lo halle este pobre”. Cuando Peña volvió al sitio, se encontró con un bolsón con dólares y como no sabía su valor, se fue a La Higuera y los entregó o al Cnl. Andrés Selich o a un militar de apellido Galindo.
Calzadilla dice que por la entrega de los dólares, Peña recibió en recompensa un cesto de coca y algo de dinero que no llegaba ni a 500 pesos bolivianos, entonces unos 40 dólares.
Después de esos sucesos y la muerte del Che, Pedro Peña fue llamado a Vallegrande por Selich, quien le recomendó que no dijera nada a nadie, pues de lo contrario su vida corría peligro.
Y así fue, Peña calló siempre, e incluso se fue de La Higuera para radicar cerca de Santa Cruz, dicen que en San José, entre el Torno y La Guardia, aunque según Calzadilla, ya habría fallecido.

Coco Peredo muere

El día que pasaron los guerrilleros por el Abra del Picacho nosotros estábamos de fiesta -dice Mauricio Calzadilla, hoy un anciano casi ciego de más de 70 años- y como vecino de aquel lugar, estaba festejando a la Virgen de la Merced.
Ellos pasaron por allí por la mañana, y se dirigían para este lado, dice don Mauricio. Había harta gente, no ve que era fiesta, pero no todos los vieron, porque apenas supieron que estaban los guerrilleros, se ocultaron. Teníamos miedo No ve que no conocíamos.
Yo y otros más, como estábamos borrachos, no hemos huido. Ahí estabamos, pero no nos han hecho nada. Han entrado un rato y luego han pasado para acá. Era el 24 de septiembre.
Yo escuche que ese Coco echó su “spich” y dijo que ellos salieron a luchar por la gente pobre, eso me acuerdo. No nos tengan miedo, decía, aquí la gente, esos ricos, mucho abusan con los pobres. Y es cierto. Ya ve, yo estoy igual que antes, dice Calzadilla. Mi casa está en el Abra del Picacho y tengo un pequeño terrenito donde no hay sembradíos. Más abajo tengo alguito de trigo, maíz, papa, pero poco, para nuestro consumo.
Cuando cayeron Coco, Miguel y Julio Gutiérrez en Abra del Batán, el 26 de septiembre, sus cadáveres cargados en mulas pasaron por Pucará y todos nosotros nos concentramos para recibirlos, dice Conrado Calzadilla. Sentimos mucho esas muertes y lloramos, como cuando se siente por la muerte de cualquier humano, pese a que el Ejército nos metía miedo.
Fe y homenajes al Che

Yo siempre le rezo al Che, cada noche porque es milagroso. Yo soy seguidor de él —continúa Conrado Calzadilla— aunque los homenajes como el de hoy día, recién han empezado cuando llegó la democracia. Antes, qué iban a dejar a hacer los militares, pues a fin de cuentas, no son gente preparada ni civilizada.
Después de la guerrilla los militares han venido continuamente y forzosamente pasaban por Pucará. Preguntaban dónde es La Higuera y les proporcionábamos un animal y un mozo para que los guíe, porque la carretera sólo llegaba hasta Pucará.
El camino a La Higuera recién hay desde hace nueve años. Todo ha cambiado desde entonces.

(Basado en: Testimonios recuperados en La Higuera, durante el Encuentro Mundial Ernesto Che Guevara - 30 Aniversario. Vallegrande, 5-11 octubre 1997; “Ñancahuazú: La guerrilla del Che en Bolivia” de José Luis Alcázar; “Diario de campaña” de Ernesto Che Guevara)

Yuri Aguilar Dávalos

7 oct de 2006

AL CHE


Plaza de Vallegrande - Encuentro Encuentro Mundial Ernesto Che Guevara - 30 Aniversario. Vallegrande, 5-11 octubre 1997 (Foto: Yuri)

SIGUES TRIUNFANDO

Siempre te persiguen
por plantar tus banderas incólumes
por sembrar haciendo lo que dices
por mirar de frente ante la infamia
siempre te persiguen...

Pero ¿quién puede reprocharte lo que haces?
¿quién puede caminar a tu ritmo
venciendo selvas y altiplanos
venciendo oro y ministerios
dejando atrás a los que lento
caminan ciegos en la historia?

Sigue acosándote la bestia
porque donde dejaron huella tus pisadas
despiertas a irredentos esclavos de conciencia
del letargo milenario acostumbrado.

Creyeron derrotarte al detenerte
fusilando tu cuerpo, tus ideas
ocultando por años tus despojos
prohibiendo tu imagen levantada
en plazas, calles y poleras.

Creyeron ganarte esa guerra,
guerra sucia manchada de traiciones
guerra sucia de criollos asesinos
y de invasores verdes del imperio.

Imposible vencerte hoy y siempre
y que quieran borrarte de este mundo,
imposible que no estés entre la gente
avanzando altivo siempre al frente
porque apenas llegaste a esta tierras
plantaste tus valores
y triunfaste.

Yuri
Sep. 1997

**********

SAN ERNESTO, COMANDANTE

¡Quién puede saber de la muerte
sino cuando ya se ha muerto¡
Pero hay gente que no muere
por más tierra que le echen...
y si hay muchos que esperan
ver los restos de un viviente
más son quienes no olvidan
el andar de un combatiente.

Quisieron quemar tus restos
descuartizarlo en pedazos
fingir mil enterramientos
y confinar a mil kilómetros
lo que queda de tu cuerpo.

Pero vano fue el esfuerzo
por borrarte de este infierno.

Vives siempre Che Guevara
enterrado o descubierto
en el Congo o Vallegrande
en la Higuera
o donde sea

San Ernesto, Comandante:
tu presencia combatiente
sigue siendo permanente

Yuri
1996

2 oct de 2006

AL ENCUENTRO DEL COMANDANTE SAN ERNESTO DE LA HIGUERA


En 1994 estuve por primera vez en la tierra donde combatió El Che, es decir hace 12 años, tiempo en el que fue escrita la nota de abajo, cuando acompañé a Tere, la pequeña Lucía y compañeros de su trabajo, a ese paraje inolvidable.
Sin embargo, poco ha cambiado desde entonces, excepto que algunos de los que tenían “encorbatada la cabeza” participando en el primer gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada (cuando las reformas y las privatizaciones, bajo el rótulo de Capitalización, eran la panacea para Bolivia) hoy ocultan ese pasado un tanto vergonzoso; y en cuanto a los que mantuvieron su independencia y oposición a dicho régimen y actualmente están en función de gobierno, algunos de ellos , engolosinados del poder, reproducen las viejas prácticas de la política tradicional, repartiendo avales para cargos públicos y abusando de la administración estatal.

En este nuevo panorama, tal vez si el Che aparecería de pronto, de seguro que los echaría a latigazos del Poder recordándoles que cuando hacían campaña electoral prometieron que no harían lo mismo que los del viejo sistema…; pero. sin más preámbulos, les dejo con la lectura.


Ya había anochecido cuando llegamos a Vallegrande. Esa noche debíamos alcanzar La Higuera. Nadie conocía el camino. Pedimos indicaciones y recorrimos varios kilómetros hasta que encontramos una movilidad que se nos acercaba; les preguntamos a sus ocupantes si estábamos en la ruta correcta, pero no era así. Debimos retornar hasta cierto cruce que habíamos dejado atrás y tomar el otro camino. En esos instantes pensé cómo habrá sido la marcha del Comandante por aldeas y senderos desconocidos, a veces evitando crear sospechas y en otras difundiendo el por qué de la lucha.

La noche estaba estrellada, de modo que se podía ver en el trayecto, algunas siluetas de esas altas serranías no muy dotadas de vegetación. De pronto se abrió ante nosotros un aire de fiesta: luces de lámparas y mecheros en las casetas de una típica feria de pueblo, banderillas ensartadas colgadas a lo largo de la plazuela, canciones y una fogata que calentaba a los más friolentos visitantes. Era el poblado de La Higuera, el último sitio que vio con vida al Che.

Los pobladores del lugar había preparado el recibimiento a los posibles visitantes que año tras año se animan a llegar a tan alejado lugar. Las chichas preparadas por los maestros de la escuela se confundía con los carnavalitos y caluyos del lugar, con más aire kolla-valluno que camba.

"Es el homenaje al Comandante... San Ernesto de la Higuera es nuestro Patrono... Nadie nos quitará el derecho de recordar al Comandante..." Casi nadie de los pobladores le llama Che; para todos es el Comandante.

También casi todos, tienen alguna vivencia de aquel 1967: "Yo vivía en Pucara, era niña y vi cuando trajeron los cuerpos muertos de unos combatientes del Comandante. Era antes de que lo maten acá, en La Higuera. Llegaron colgados sobre unas mulas. Les quitamos los cuerpos a los soldados y los bañamos, porque no podíamos verlos así, tan destrozados. Después recién empezó el velatorio."

Han pasado veintisiete años desde entonces y la romería de cada 8 de octubre, afortunadamente, se hace cada vez más selecta. Ya no se vé a muchos de los que en los años 70 y comienzos de los 80 decían seguir la estrella del Che; ellos ahora tienen encorbatada la cabeza.

El Comandante, San Ernesto de la Higuera, se quedó allí y nadie lo sacará de esas montañas. Los pobladores del sector creen en él, como también muchos de los visitantes que estuvimos en sus dominios.

Yuri
Noviembre 1994

23 sept de 2006

CON ESPERANZA...


La situación se ha puesto difícil: unos a otros se acusan de golpistas, antidemocráticos o masistas o tutistas o gonistas, mientras se desarrollan bloqueos y movilizaciones.
Como es natural todos niegan su participación en algún complot, pues sería absurdo aceptarlo si es que lo estuvieran ejecutando, así que los desmentidos no dejan de ser simples declaraciones nada ciertas. De todas formas nadie o pocos, saben lo que sucederá próximamente.
Pero en este clima de inseguridad, la vida continua, y por encima de las amenazas y los desmentidos, los chantajes, las presiones, los rumores y no sé qué más, unos trabajan y otros buscan trabajo; unos estudian y otros vaguean: unos ganan sus ingresos con esfuerzo y otros roban; unos sueñan y tiene esperanzas, mientras otros ven todo negro; unos aman y tiene amores mientras otros los buscan. Y no es que toda esta gente esté eludiendo asumir posiciones; de seguro que lo hace, pero dentro de su cotidianidad que es de día a día, como lo es también para muchos conseguir su sustento, quienes de alguna manera no están seguros cuánto les beneficiarán o perjudicarán las movilizaciones, más aun cuando las anteriores, muchas triunfantes, no cambiaron en nada la situación del país o lo hicieron muy poco.
Busco soluciones y se me vienen viejas imágenes,y me detengo en las jornadas de abril del 52, cuando muchos pensaron que la liberación nacional había llegado; en el golpe de noviembre del 64, cuando otros creyeron que podrían restaurar lo perdido; en las luchas de mayo del 65 o en la masacre de San Juan del 67 o en las guerrillas del Che y de Teoponte, donde represores y libertarios se jugaron la vida; en los tiempos de la Nacionalización de la Gulf, del surgimiento de Quiroga Santa Cruz, de la Asamblea del Pueblo y de J. J. Torres, cuando nuevamente se creyó que esa vez sí llegaba la segunda independencia; en el golpe de Banzer junto al MNR y FSB, y que pese a la violencia desde el Estado (persecuciones, muertes) y al buen momento económico para el país, no salimos del atraso, aunque muchos allegados a ese régimen de siete años sí se hicieron millonarios; pienso en el retorno a la democracia en 1982 y en las reiteradas frustraciones de la mayoría de la gente...
Y bueno..., prefiero no seguir recontando el pasado y me refugio en lo cotidiano, pero con la esperanza de que el maximalismo acabe, de que si bien los cambios sociales no son generalmente pacíficos, suceda esta vez la excepción, con diálogo, con concertación, sin violencia..., y no sólo sueño que se haga realidad esa ilusión sino que desde mi pequeño mundo contribuyo para que así sea; por eso sigo creyendo en el amor y sigo amando, y deseo que todos amen.

Yuri Aguilar Dávalos
Septiembre 2006

13 abr de 2006

QUIERO

Vienes y te alejas,
llamas y no me oyes.
Me pierdo en tu presencia
y te encuentro en tu ausencia.
Quiero entender las pausas de tu voz
y el silencio de tus ojos
cuando roban mi mirada.
Quiero entender el roce de tu piel
que no deja de quemarme
y que pide que te queme.
Quiero volverme viento para acariciarte,
luz para alumbrarte,
lluvia para mojarte.
Y quiero que sepas también
que no importa cuánto te alejas
ni si tu ausencia se alarga,

porque sólo tú sabes que sí te quiero.

(2004)

12 abr de 2006

MOMENTOS BAJOS

A veces paso por momentos en que siento que lo que hago se torna intrascendente, sin sentido, sin ninguna proyección; este es uno de esos momentos.
Este sentimiento surge porque estoy convencido de que la vida no es sólo cumplir el deber, ser responsable, honesto, solidario e intentar cultivar e irradiar muchas virtudes. La vida es también recibir de vez en cuando un reconocimiento o un aliento por lo que uno hace; por ejemplo, bastaría con un “está muy bien lo haces” o “ahora estamos mucho mejor que antes”, aunque a veces de nada sirven ciertas expresiones cuando son lisonjas en boca de personas que no son sinceras.
Y cuando la indiferencia se sobrepone al reconocimiento, es tiempo en que uno debe detener la marcha y preguntarse: ¿vale la pena seguir en los mismos carros de nuestra cotidianeidad o es mejor buscarse otros?
La realidad es que estamos rodeados de gente con diversas actitudes: algunos son honestos, desprendidos y sinceros mientras otros son deshonestos, egoístas e hipócritas, sólo por nombrar y contraponer algunas virtudes y defectos según mi visión de la vida. Y en esa diversidad en la que vivimos, cuesta hacerlo (gran parte del día) con algunas personas con quienes no compartimos su forma de ser; por ejemplo con ególatras, quienes son incapaces de ver más allá del espejo que tienen a su frente, o con majaderos e hipócritas que inventan alabanzas sólo por conveniencia o para sacar ventajas circunstanciales.
Sé muy bien que no puedo hacer nada para cambiar actitudes ajenas (finalmente no son mías); pero, no deja de molestarme y de dejarme inconforme. Ya hace años comprendí que muchas actitudes de algunas personas son inalterables, sin remedio.¿Y qué se puede hacer en estas circunstancias? Por el momento ser más tolerante y evitar que a uno le afecte el comportamiento ajeno, además impedir que el disgusto propio se convierta en el “pan de cada día”; en síntesis, controlarse más porque querer cambiar a otros es tarea imposible. Al mismo tiempo es importante continuar irradiando las mejores actitudes que uno tiene, tal vez con la utopía de que éstas pueden cambiar a las personas. Y finalmente, si consideramos que casi todo está perdido, madurar más la idea de cambiar de ambiente, es decir cerrar una página de la vida, decisión que seguro llegará en algún momento.

5 abr de 2006

CARIÑO MIO

Cuando me dices
yo te lo escribo
así de simple... cariño mío

23 mar de 2006

EL MAR DE BOLIVIA

Año tras año, cada 23 de marzo, nos llega la añoranza de lo que nunca pudimos disfrutar: el mar. Y lo peor es que poco sirven las marchas, embanderamientos y declaraciones si nuestros gobernantes, al menos los que tuvimos, poco o nada hicieron por definir una clara política de Estado respecto al derecho sobre nuestros territorios en las costas del Pacífico.

Después de la invasión chilena al Departamento de Litoral, en 1879, los diferentes gobiernos, siempre de la oligarquía, prefirieron cuidar sus intereses privados antes que los de la Nación; la Cancillería boliviana jamás delineó una consecuente política marítima. En esa política entreguista, el golpe de gracia lo dio el Partido Liberalencabezado por Ismael Montes, en 1904, cuyo gobierno vendió nuestros territorios marítimos por un ferrocarril y unas cuantas libras esterlinas. ¡Y vaya ironía!: una parte de esa línea férrea fue desmantelada por la empresa chilena Cruz Blanca gracias a la política privatizadora del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y su gobierno neoliberal de Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-1997), con el consentimiento de los partidos del sistema: Acción Democrática Nacionalista (ADN), Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), Unión Cívica Solidaridad (UCS), Movimiento Bolivia Libre (MBL), Frente Revolucionario de Izquierda (FRI) y otros.

(El dibujo titula " Vista del puerto de Cobija, república de Bolivia" y es de Alcides D'Orbigny, explorador francés, quien estuvo en las costas bolivianas en abril de 1830. Tomado de: Alcides D'Orbigny. Viaje a la América Meridional. Tomo III. La Paz, IFEA/Plural, 2002)

Un juego patriótico

De niños solíamos jugar entonando un estribillo que, lamentablemente, nuestros padres y maestros no nos explicaron su origen.

Esos versos se referían a la línea férrea Arica – La Paz construido por Chile como parte del pago que hizo ese país tras la firma del Tratado de 1904, por el cual todo el territorio boliviano sobre el océano Pacifico pasaba a poder del Estado chileno.

Los niños nos poníamos en fila imitando a un largo ferrocarril y recitando a toda voz avanzábamos al ritmo, hasta que llegábamos a las dos últimas estrofas donde dábamos varios pasos hacia atrás, repitiendo "un paso pa'atrás, pa'atrás, pa'atrás / un paso pa'atrás, pa'atrás, pa'atrás", y reanudábamos la supuesta marcha hacia adelante; la verdad es que siempre quedábamos en el mismo sitio y no había tal avance, como sucedió también en la realidad del país.

Posiblemente quienes idearon ese juego inocente, pero patriótico, quisieron protestar contra el ignominioso Tratado de 1904, pensando que así influirían en la niñez y desenmascararían la política pro chilena del Partido Liberal gobernante que alababa el trato hecho con Chile, donde la línea férrea Arica – La Paz no fue sino el camino directo para que la industria chilena se benefie introduciendo a Bolivia sus mercancías antes que lo hiciera la incipiente economía boliviana hacia la vecina usurpadora.

Esta era la letra que cantábamos:

Ferrocarril, carril, carril
Arica - La Paz, La Paz, La Paz
Una paso pa'atrás, pa'atrás, pa'atrás
Una paso pa'atrás, pa'atrás, pa'atrás

Al parecer la canción fue premonitoria, pues como dijimos antes, la línea del Ferrocarril que salía de La Paz la hicieron desaparecer los chilenos y el gobierno de Sánchez de Lozada.


Nuestro rico Litoral

Y continuando con las canciones. Mi madre me contaba que cuando era niña llegaron a la parroquia de San Juan de Dios unos sacerdotes chilenos. Como ella vivía a media cuadra de la Iglesia (en la calle Loayza de La Paz) asistía a las sesiones de catecismo. Lo curioso fue que los curitas, aprovechando los rezos, les hacían entonar unas canciones nada apropiadas para Bolivia; una de sus estrofas decía: "¡Dios salve a Chile!!!" Desde luego que la indignación de su padre, Angel Dávalos Vidaurre, no se dejó esperar y los superiores tuvieron que cambiar al predicador.
En esa misma época, uno de los himnos patrióticos que se cantaban en colegios y escuelas, era un bolero de caballería. Esa pieza se la entonaba hasta mediados de los años 20; pero, se lo dejó de hacer, tal vez como una concesión más de los gobiernos bolivianos de turno ante las exigentes políticas chilenas de ocupación y chantaje.

Ese bolero de caballería lo oí cantar a mi madre, Blanca Dávalos Calderón, quien recordada que cuando cursaba la Primaria de la Escuela Modelo de esta ciudad, las niñas lo entonaban cada año en los actos de homenaje a la Guerra del Pacífico.

Yo recuerdo que mis padres
con denuedo singular
defendieron con su sangre
nuestro rico Litoral
con denuedo singular.

Tocopilla, Antofagasta
en Cobija junto al mar
Mejillones y Calama
nuestra patria allí está
en Cobija junto al mar.

Y ahora ¿qué hacer?

La inflexible política de Estado del vecino Chile, casi no nos permite vislumbrar un pronto retorno a las costas del Pacífico. Indudablemente su política diplomática es única y permanente, aún antes de constituirse en república, la que fue reforzada a partir de Diego Portales, Ministro del Interior en los primeros años de su independencia; es decir, extender sus fronteras y dominar el Pacífico a costa de cualquier medio, incluso de la guerra y la usurpación territorial. Portales así lo dijo: "Debemos dominar para siempre en el Pacífico; ésta debe ser su máxima ahora, y ojalá fuera la de Chilepara siempre.

"¿Mar por gas? ¿Un enclave territorial o tal vez un corredor? Lo cierto es que deberíamos, como Estado (donde intervenga decididamente el sector privado), preparar nuestra marcha al mar haciendo lo que podemos; por ejemplo, formando una flota naviera que utilice las vías fluviales de acceso al mar (en nuestro caso al Atlántico). Suiza, país sin mar pero con una de las flotas mercantes más grandes del mundo,así lo hace: llega al Mar del Norte por el río Rhin, a través de Alemania.

Y también sería bueno rescribir la historia y saldar cuentas con personajes que nos dejaron en malas condiciones; tal vez, como primer acto de justicia, se puede cambiar los denominativos a muchos lugares públicos que hoy llevan inmerecidamente sus nombres.

23 marzo 2006

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En 1904 venden el mar boliviano

"Padres de la patria" traidores

Cuando se llega a saber que el 20 de octubre de 1904, el Tratado de Paz y Amistad entre Chile y Bolivia es suscrito en Santiago de Chile, las protestas en todo el país se propagan. Ese tratado firmado por Alberto Gutiérrez en representación de Bolivia y Emilio Bello Codesido por Chile permite que el Estado chileno se apropie del extenso Departamento del Litoral más sus riquezas terrestres y marítimas.

Es la culminación de la ocupación militar chilena de los territorios costeños bolivianos y de su extensión marítima, ocupación que tiene sus raíces en el avance sistemático que hace esa nación desde que se descubren las riquezas naturales en esos suelos, como son el huano, salitre, cobre, plata y otras.

Pero, como las protestas eran previsibles, el "montismo" (régimen liberal dirigido por el militar Gral. Ismael Montes) ha preparado un amplio plan represivo para garantizar que el desmembramiento sea aprobado en el Parlamento sin ningún obstáculo. No en vano el pueblo ha puesto a Montes el mote de "Tacho de cobre" haciendo alusión a su sombrero tarro o de copa, supuestamente fabricado con el cobre de la rica mina boliviana de Chuquicamata, en poder de Chile

Represión pro chilena

Inmediatamente y hasta que se realicen las deliberaciones parlamentarias, Montes, articula las siguientes medidas represivas contra toda protesta: 1) Desde el día en que se conoce la firma del tratado hasta dos años después de que sea aprobado por el Parlamento, las imprentas que dan intervenidas; 2) Se instaura la censura de prensa; 3) Un total de 500 personas entre políticos, periodistas, catedráticos, escritores, artistas, artesanos y otros identificados como opositores al Tratado amputador son encarceladas, prohibiéndose publicar sus nombres, mientras que dos mil personas huyen a la Argentina; 4) los excombatientes de las batallas del Alto de la Alianza, Pisagua, Canchas Blancas, Tarapacá, Tambillos son encarcelados y los ancianos sufren prisión domiciliaria; 5) Montes permite el ingreso de agentes chilenos quienes propagan el rumor de que si el Parlamento no aprueba el Tratado, Chile invadiría el país y se castigaría a toda la población como se hizo en Lima durante la guerra.

Recién en febrero de 1905, el Congreso empieza a estudiar el Tratado. Los debates son duros, pero el oficialismo liberal tiene todo controlado, aunque no con mucho margen. De los 72 parlamentarios nacionales, 30 fundamentan su voto en contra, condenando el pacto entreguista, mientras que 42 "Padres de la Patria" restantes aprueban la amputación de Bolivia.

El régimen liberal, caracterizado como uno de los más progresistas de Bolivia, es el culpable de nuestro enclaustramiento. Más valía defender lo nuestro con dignidad y no vender el suelo por unos cuantos miles de libras esterlinas y una línea de tren. Pero lo más lamentable es que los gobernantes posteriores, ocultaron también esa verdad.

Es por eso que a los 100 años de la firma de ese Tratado ignominioso, ilegítimo e injusto, y a fin de reparar esa injusticia, presentamos la lista de parlamentarios que rechazaron la entrega del Departamento del Litoral y de sus recursos naturales, al no aceptar el Tratado de 1904 impuesto por Chile. A continuación está la lista de los que aprobaron el enclaustramiento que hoy padecemos y también la del gobierno del Gral. Ismael Montes que lo permitió.

Note el lector que entre los que vendieron la patria figuran políticos que hasta hoy son considerados buenos estadistas y servidores de la Patria, tanto así que varias calles llevan su nombre; note también que varios de ellos tienen parentesco con políticos de la actualidad, mientras que los 30 parlamentarios que defendieron la integridad nacional, han sido borrados de la historia.

Ya que no se cumplió la sentencia a la que juran los funcionarios del Estado cuando asumen sus cargos, asegurando defender la Patria y la Soberanía Nacional —"...si así lo hiciereis, Dios y la Patria os premien y si no, os lo demanden"— nosotros lo hacemos.

Parlamentarios que NO aprobaron la firma del Tratado de 1904

Senadores

Daniel Salamanca
Tomás O’Connor d’Arlach
Pastor Saínz
Eduardo Delgadillo
Guillermo Cainzo
José María Camacho
Miguel Ramírez
Pablo E. Roca
Pedro Ignacio Cortez
Primo Arrieta
Diputados
Atlliano Aparicio
Benigno Caballero
Casimiro Campero
Carlos V. Romero
Domingo L. Ramírez
Feliciano Abastoflor
Fernando Campero
José Orías
Juan W. Chacón
Juan Miranda Calvimontes
José Manuel Ramírez
Juan Manuel Sainz
José R. Pérez
Luis de Argandoña
Natalio Arauco
Rodolfo M. Loza
Roberto A. de la Quintana
Román Paz
Venancio Jiménez
Zenón Orías

Parlamentarios que vendieron el Litoral boliviano y aprobaron la firma del Tratado de 1904

Senadores

Macario Pinilla
José Carrasco (fundador y propietario de El Diario)
Enrique Collazos
Flavio López
José Feliz Camacho

Diputados

Rosendo Villalobos
Rigoberto Paredes
Sabino Pinilla
Benedicto Goytia
Casto M. Rojas
Claudio Quintín Barrios
Rafael Berthin (hijo)
Adelos del Castillo
Alberto Diez de Medina
Aurelio Gamarra
Angel Vásquez
Angel Navia
Antonio Marco
Arturo Molina Campero
Alfredo Prieto
Abigail Sanjinés
Carlos Flores Quintela
César M. Ochávez
Constantino Morales
Ezequiel Salguero
Facundo Flores
Isaías Morales
Jorge Galindo
José Santos Quinteros
Julio Zamora
José María Suárez
Jorge Pando
Luis Salinas Vega
Luis Serrudo Vargas
Luis F. Jemio
Macario Escobari
Maximiliano Justiniano
Manuel E. Vergara
Moises Ascarrunz
Nicolás Burgoa
Quintín Rubín de Celis
Rómulo Herrera

Poder Ejecutivo (Partido Liberal) responsable de la venta del Departamento del Litoral y sus recursos naturales a cambio de un ferrocarril y 300 mil Libras Esterlinas (moneda inglesa).

Presidente: Ismael Montes (gestión 1904-1909)
Vicepresidente: Eliodoro Villazón

Ministros

Claudio Pinilla (Canciller)
Daniel Sánchez Bustamante (abuelo del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada)
José Carrasco (fundador y propietario de El Diario, continuando su familia)
Juan Misael Saracho
Clodomiro Montes (padre del Presidente)
Manuel Vicente Ballivián
Benedicto Goytia
Aníbal Capriles
José Santos Quinteros
Daniel del Castillo
Angel Diez de Medina
Julio La Faye
Isaac Araníbar
Alberto Gutiérrez (Ministro Plenipotenciario ante Chile)

(Fuentes: "Historia internacional de Bolivia" de Miguel Mercado M.; "Presidentes de Bolivia: Entre urnas y fusiles" de Carlos Mesa Gisbert; periódico "Antofagasta". La Paz, 23 de marzo de 1969)

24 de marzo de 2004

19 mar de 2006

LOS PADRES

A mi padre: ausencia hecha presencia

"Si yo muero no llores por mí
haz lo que yo hacía
y seguiré viviendo"
(Versos de una milonga)



Sentir la ausencia de personas queridas no es nada grato, y más aún de aquellas que sabes que no podrás verlas sino en sueños, aunque a veces tan reales que a ratos crees que esa es la realidad.
Y ese dolor se hace más profundo cuando sabes que a algunas de ellas, relativamente hace poco tiempo pudiste abrazarlas, como es el caso de mi padre que en este día, no solo lo abrazaba una vez por su día, sino también por su cumpleaños.
Y como por estas fechas se oye con más insistencia a Piero con “Mi viejo”, recuerdo como mi papá tarareaba esa melodía, mientras sollozaba disimuladamente para nadie lo notara, tal vez asumiendo el peso que imponen los años, aunque se tenga joven el corazón.
Ahora, cuando el tiempo avanza implacablemente (hoy hubiera cumplido 90 años y ya es el segundo año que lo “abrazo” en su ausencia), pienso que los momentos que dedicamos a nuestros padres (y acá hablo en genérico, de padres y madres), siempre serán pocos, pese a lo mucho que creamos dedicarles.
Pero, así son los derroteros que nos traza la vida, nuestras vidas, solos o acompañados, con o sin hijos, con o sin padres. Los padres sólo pueden tener cerca a los hijos hasta cierto momento de sus vidas: unos se van antes que otros; otros se olvidan más pronto que algunos. Y lo peor es que hay muchos que nunca (o poco) tendrán la relación de padres-hijos y viceversa: hijos que no conocerán a sus padres o que éstos serán sólo una referencia consanguínea, pero sin afecto, y padres que talvez nunca se enterarán (o se sentirán) de que lo son. Por eso, los que hemos tenido o tenemos la fortuna de gozar esa relación, aprovechémosla, alarguemos el tiempo de compartir, de conocernos más, superando momentos en que hijos y padres tengamos divergencias o discrepancias; al fin, esas situaciones no deberían ser más importantes que todo lo mejor vivido. Claro que toda esta argumentación está por encima de casos concretos (algunos inhumanos, deshonestos o inmorales) que podrían desbaratar cualquier posible propuesta de reconciliación.
Pero abstrayéndose de lo indeseado, vuelvo a mi papá (o papi Eduardo como le llamaron sus nietos y bisnietos), haciendo homenaje a su paciencia, a sus silencios que hoy quisiera romperlos, a su valor de forjar una vida y una familia solo, sin el acompañamiento y la ayuda que significa tener a los padres cerca (a su mamá la perdió cuando tenía 6 o 7 años tras una enfermedad que nunca supo cuál fue, y a su padre nunca lo conoció), sin hermanos, es decir sin parientes; y acá va también mi reconocimiento al valor de mi mamá (Blanca) que aunque sí tuvo relación con sus padres, ésta se cortó al comienzo de su adultez, tras la muerte de su madre (mi abuela), pues su padre y hermano la dejaron sola a que haga su vida. Por eso insisto en cuan importante es superar las discordias que muchas veces no son más que conflictos por actitudes egoístas, por desacuerdos económicos, formas de aprovecharse del otro.
La vida es una sola y qué mejor no compartirla siempre con nuestros padres y hermanos, y mejor con más parientes y amigos. Y aunque a mis padres ya no los tengo cerca, tuve la satisfacción de acompañarlos cuando partían; por eso sé que no se han ido, que su energía (algunos dicen sus almas) nos siguen guiando y aconsejando, como cuando de niños nos acompañaron y protegieron.
Yuri
19 marzo 2006


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De padres y madres

La masculinidad se ha impuesto en los pueblos, sobre todo en las sociedades modernas y occidentales. La fuerza y tamaño de los hombres frente a su par las mujeres, ha determinado que sean los dominantes de su entorno y se constituyan en los amos del sistema.
Así, la sociedad ya da por hecho de que el padre es el jefe de familia. Pocas veces o nunca se oirá hablar de reunión de madres de familia, aunque son ellas las que más asisten a esas reuniones. Tampoco se oirá que haya una “madre de la democracia”; siempre habrá un “padre” de la democracia, título rimbombante y piadoso dado a personajes que precisamente fueron antidemocráticos.
Como una concesión absurda de las sociedades machistas se oye decir que “madre hay una sola”. Que yo sepa también “padre hay un solo” y con más razón, porque su participación como progenitor acaba en cuanto la madre ha sido concebida; mientras que madres puede haber varias, si consideramos que en algunas sociedades —incluso antes en la nuestra— muchos niños eran amantados con leche de nodrizas, por lo que podría decirse que esos hijos eran parte consanguínea de otras madres; pero, esos casos, por suerte, fueron pocos, sobre todo en familias adineradas donde la comodidad estaba antes que los lazos de cariño.
Nuestra sociedad ha tolerado siempre los desmanes (o desmadres) del hombre. Un padre que tiene amoríos fuera del hogar es un macho, es un don Juan, pero una mujer que ose hacerlo es “una perdida”, por no decir otro calificativo que normalmente se oye.
A las mujeres, también como concesión machista y por concordancia de género en nuestro idioma, tienen el privilegio de representar a la patria. La “madre patria” será la ficticia imagen del sumun nacional; pero, cómo la maltratan, la despedazan, la venden, la “capitalizan” precisamente los “padres de la patria”, esos personajes del Parlamento que no sé por qué razón se han apropiado del derecho de ser padres de la “madre patria” y nada menos que de nosotros, además de apropiarse de muchos bienes que los hijos de la patria (nosotros) no gozamos. Pero, así se dan las cosas en esta democracia.
Pero también las mujeres reciben reveses. ¿Alguien ha escuchado alguna vez del “padre de todos los vicios”? Que yo sepa, no; pero, sí se conoce a la “madre de todos los vicios” cuyo progenitor es desconocido, como muchos padres que durante o después de la gestación desaparecen; por eso hay más madres solteras que padres.
La irresponsabilidad de muchos hombres hace que no se enteren que son padres biológicos de sus hijos. Otra gran mayoría se niega y muy pocos reconocen a regañadientes y con juicios de por medio.
Esos hijos de madres solteras sufren en el día que agasajan a los padres, en el Día del Padre, porque nuestra sociedad es intolerante e incapaz de comprender que no todas las instituciones, como el matrimonio o la convivencia de parejas, son eternas. Pero además ese sufrimiento se traslada al hogar, donde muchos niños y niñas sin padre reciben una carga de sentimientos adversos y rencores hacia el progenitor, con o sin razón, pero con un daño terrible hacia los pequeños.
Esperamos que algún momento la Reforma Educativa tome en serio estos temas que son determinantes en la formación de los niños, es decir son la “madre del cordero”; y de mi parte un abrazo a los buenos y verdaderos padres... y al mío.
Yuri
Marzo del 2002

24 feb de 2006

CARNAVALES


En Carnavales todo vale

Llegó el Carnaval, tiempo de relajamiento y desahogo. Pero, ¿qué podemos esperar de esta fiesta cuyas raíces nativas y cristiano-occidentales han moldeado en nosotros una religiosidad particular, de reverencia y creencia en las deidades de nuestro entorno, de lo que nos sostiene y nos da “razones” para vivir?
Muchos dirán que el paganismo nos obliga a darle ofrendas a la Pachamama, la Madre Tierra, mientras otros combinarán esos ritos involucrando a la Virgen María, la madre de Cristo, y no faltarán los fundamentalistas que verán en estas festividades a los “demonios” sueltos y se mostrarán como devotos intransigentes; a estos últimos les diría mi madre: “A Dios rezando y con el mazo dando.”
Pero, ¿serán las lecturas de la Biblia (propias de la cosmovisión de los habitantes de una parte del Medio Oriente) la única verdad o serán los mensajes de los Yatiris, representantes de los Achachilas (personificación de las montañas, lagos y de otros sitios monumentales) los que dicen la verdad?
No sé ni tampoco puedo decir: “esta es la verdad”; pero, lo que sí sé es que en estos días muchos rociaremos con licor el suelo que nos sostiene, el que nos da frutos y de donde surge el agua, y lo haremos como una ofrenda y agradecimiento a la Pachamama, a la Madre Tierra o a la Virgen María que nos protege con su gran manto lleno de filigranas de plata, como así lo interpretó hace siglos un pintor colonial cuando personificó al Cerro de Potosí como a la misma madre de Jesús. Así lo haremos, principalmente, el martes de Ch’alla, agradeciendo a la Naturaleza, a la Pachamama, a la Virgen, a la Vida, lo poco o mucho que tenemos y deseando a los allegados lo mejor.
De cualquier manera, pese al desborde y a la distensión que también hay en estas fiestas, es un tiempo de reverencia y agradecimientos (al menos en estas latitudes), es tiempo de recordar que los hombres y mujeres, por más que podamos dominar muchos fenómenos naturales, no podemos ser soberbios, saqueadores, atropelladores ni depredadores de nuestro mundo. Es por eso que como una respuesta a lo incomprensible, sobre todo cuando hay pérdidas humanas y materiales en catástrofes, muchos dirán que esas desgracias llegaron porque la tierra estaba enojada y que para aplacarse necesitaba de esas ofrendas, para que luego nos dé bonanza.
Sea lo que fuere, muchos de los desastres naturales son consecuencia de la insensatez humana, del egoísmo de la sociedad de consumo, donde la satisfacción de pocos está por encima del bienestar colectivo, del equilibrio ambiental, donde todo tiene su lugar y función mientras no se lo altere.
Tal vez, en el fondo, esta fiesta de Carnavales sea un llamado de atención de la vida, para que siga siendo alegre (como lo será en estos días), para que tengamos la oportunidad de agradecer a la naturaleza (o al Dios o Diosa en quien creemos), para que tomemos conciencia de la importancia de cuidar el mundo, nuestro mundo; así, mientras unos darán todo de sí al Tío de la mina (deidad que las profundidades que protege su mineral y a sus mineros), otros bailarán para la Virgen María en Oruro (Bolivia). Finalmente todo vale en Carnavales, con tal de creer en algo.

Yuri Aguilar Dávalos

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“El Carnaval del diablo ha sido muy pecaminoso” dice en su sermón un cura de la Parroquia de la Merced luego de que españoles, mestizos e indios gozaron sin control

Estos Carnavales quién inventaría

Desde semanas antes, en La Paz (Bolivia), niños, jóvenes y adultos preparan los principales materiales para la diversión carnavalesca: los cartuchos de harina de maíz o de trigo. Usando una vela —nada piadosa en estos casos— como molde, prepararan los soportes de hojas de seda para luego embutirlas con harina.
Los que salen a las calles llevan sendas bolsas llenas de cartuchos, cuyo destino final es la cara desprevenida de algún carnavalesco, pero también de los que están parapetados en los balcones de las casas; pero, desde ellas, cuando ya se ha acabado la provisión de cartuchos, los divertidos fiesteros toman un jarro y con su costal de harina al lado, echan desde las alturas gran cantidades de polvo, y encima una buena cantidad de agua para embadurnarlos.
Las casas están abiertas a las pandillas, grupos de jóvenes y adultos que visitan a sus amistades para compartir su alegría; pero los dueños de casa, sabiendo de la algarabía de los comparseros tienen la precaución de recoger sus alfombras, porque el juego con agua y harina continúa en los interiores. Pasado el “bautizo” los anfitriones ofrecen a sus ocasionales invitados con profusión de refrescos y bebidas espirituosas como también de comida, donde las humintas y los asados son los más preferidos.
Tanto es el desborde de alegría y libertad en estas fiestas que, pasadas las carnestolendas de 1747, en plena Colonia, el cura Comendador de la Parroquia de la Merced, Jacinto Mendoza, predica desde su pulpito, con lujo de detalles, los excesos de la carne: “El carnaval del diablo ha sido muy pecaminoso. Los hombres con pretexto de untarles con harina la cara y los pechos a las hembras, cometía tocamientos que conducen al pecado. ¡Jesús!!! He visto a seis mocetones apoderarse de una mujer, embadurnarle hasta el extremo... y dejarle pura harina, mientras la otra quedaba muy contenta y satisfecha.”
En el campo también los indígenas no se inhiben. El domingo hombres y mujeres se presentan bien trajeados en las plazas para bailar sus khachhuas, mientras gritan alborozados ¡huipa, huipa! Al mismo tiempo llueve sobre ellos flores y confites, es lo que llaman chayahua; pero como allí no pueden darse el lujo de derrochar harina, se golpean las espaldas con el fruto de la lucma (membrillo), encerrados en un tejido de lanas de colores.
Carnavales es también tiempo de cantar y de recordar a un curita que hizo de las suyas en el siglo XIX, de quien se oía esta copla muy conocida: “Estos Carnavales quién inventaría / El Tata Babía en la chichería.”

Yuri Aguilar Dávalos

(Fuentes: M. Rigoberto Paredes, “Mitos, supersticiones y supervivencias populares de Bolivia”, La Paz, Isla, 1995; Nicanor Aranzaes “Diccionario histórico del Departamento de La Paz”; y testimonios de mis padres: Eduardo Aguilar y Blanca Dávalos)

21 feb de 2006

Eres referencia

Eres referencia:
mi faro en lo oscuro
de la indiferencia

También eres puerto
de muchos naufragios
que el sino me ha puesto

¡ Qué puedo esperar
sino tu sonrisa
tus ojos que me hablan
tu paz y tu vida !!!

Vuelvo a ti
como el sol
cada día

Vuelco en mí
tu imagen que es mía


Noviembre del 96

20 feb de 2006

Lo nuestro no es problema

Un martes cualquiera se me inutilizó una llanta del vehículo en el que me movilizo a diario, de manera que la de auxilio ocupó su lugar, quedando pendiente reponerla por otra de inmediato, al día siguiente; pero, como los miércoles no puedo entrar al centro de la ciudad por una restricción vehicular, dejé la tarea para el jueves.
Ese miércoles en la noche grande fue mi sorpresa al encontrarme con otra llanta desinflada, no sé si inutilizada como la primera, pero como ya no tenía repuesto, me quedé parado, mejor dicho el auto se quedo parado y tuve que irme a casa a pie.
Inmediatamente me puse a pensar en el plan para el día siguiente: conseguir un llantero, comprar llantas, elegir el mejor horario, etc.; en realidad pensamos con la persona que me acompañó solidariamente, quien, además, me ofreció su apoyo si fuera necesario.
Después de despedirnos me dije: “bueno, para qué tanto pensar, ya llegará mañana”, y seguí caminando.
En mi paso vi gente diversa que hacia lo suyo: grupos que salían de un instituto de idioma extranjero, otros que tomaban café o comían en medio charlas amenas, también había los que caminaban rápido evitando los charcos de la lluvia persistente de la tarde...
Y en ese recorrido encontré a una persona que en un lugar no muy iluminado esperaba pacientemente que las personas le dieran una monedas. Se trataba de un indígena que tocaba una melodía en una tarka, ese instrumento de viento y de madera que es más escuchado en tiempo de Carnavales, que ya llega.
Esa persona vestía con mucha sencillez: pantalón, chompa, ojotas y un pequeño bulto amarrado a su espalda, un atado en forma cruzada. Mientras tocaba su melodía, seguramente inédita, sostenía en uno de sus dedos, un jarrito plástico de margarina para recibir las monedas.
Al pasar junto a él pensé que era la primera vez que veía a un limosnero tocando tarka y de que alguien haya escogido esa calle, muy poco estratégica para pedir dinero. Mientras me alejaba me pregunté “¿de dónde será?, ¿dónde dormirá esta noche...? y la lluvia” y retrocedí para dejarle algo por su trabajo. Cuando deposité el dinero, que fue mucho más de lo que a veces doy, no se oyó nada, como sucede en otras ocasiones. “Será para que la melodía no se interrumpa”, pensé, y seguí caminado.
Ya en el vehículo público en el que me iba se me vinieron muchos pensamientos de lo vivido, de mis problemas y de los de otros: mientras yo hago planes para resolver mi movilización en auto otros esperan unas monedas para comer un día; mientras nosotros nos ahogamos en un vaso de agua, otros comparten su música, su historia, sus versos o sus malabarismos para juntar unas monedas que les permita cubrir sus necesidades vitales, aunque no estemos de acuerdo con ellas, cuado se trata de necesidades como el alcohol u otras drogas.
Qué se puede hacer: ¿Cerrar los ojos?, ¿despotricar contra el sistema?, ¿asumir una actitud caritativa, sabiendo que así poco se resuelve? No sé.
Lo que si sé es que muchos viven para sobrevivir; pero, también sé que muchos vivimos ahogados en problemas que no son precisamente de sobrevivencia, así que es mejor tomar la vida con más optimismo, más positivismo y con menos angustia y pesimismo, pues, si queremos, siempre daremos soluciones a “nuestros” problemas.

Yuri Aguilar Dávalos
La Paz, 8 febrero 2006