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24 oct de 2006

QUISE...

Vi volar tus ojos en la inmensidad del tiempo
quise agarrarlos, quise tenerlos.
Vi a tu boca crear la sonrisa más dulce,
quise besarla, quise tocarla.
Vi tus manos, presentes, siempre presentes,
quise acariciarlas, quise poseerlas.
Veo tu rostro empapado de nieve, lo veo,
y sin acercarme, desaparece.


Yuri
Mayo 1977

11 oct de 2006

MUJERES



Vendedoras en San Pedro (Foto: Yuri)

Es curioso como el gobierno de Bolivia, con fuerte ideología indígena, no se haya manifestado para nada el pasado 5 de septiembre, día en que la indígena Bartolina Sisa —compañera de vida y lucha del líder Tupac Katari o Julian Apaza— fue descuartizada por las fuerzas españolas tras ser derrotada la sublevación indígena iniciada en 1780 que se atrevió a levantarse en armas para reclamar sus derechos como simples humanos conculcados la Corona de España. Y es más curioso aún, cómo ni la Federación de Mujeres Campesinas de Bolivia que lleva precisamente el nombre de la heroína, tampoco haya dicho nada.
Según una fuente, el 5 de septiembre fue instituido como Día Internacional de la Mujer Indígena en 1983 durante el Segundo Encuentro de Organizaciones y Movimientos de América Latina, realizado en la población de Tiwanaku, sitio donde se levantó una imponente y expansiva cultura que tuvo mucha influencia en las costas, tierras altas y valles de las actuales repúblicas de Bolivia, Perú, y Chile. http://www.servindi.org/archivo/2006/1073

Y aunque las fechas conmemorativas sólo se acuerdan del suceso o a la persona homenajeada por un día, adjunto dos opiniones que escribí hace algún tiempo y que no dejan de tener actualidad, aprovechando que hoy se celebra el Día de la Mujer Boliviana. Entonces a ellas van mis mejores deseos por ser madres-hijas, abuelas-nietas, compañeras-esposas-amantes-amadas, ancianas-adultas-jóvenes-niñas, esperando que nunca pierdan su libertad, autonomía y dignidad.

UN BESO A TODAS

Los homenajes nos llevan siempre a maximizar las virtudes e ignorar los defectos, más aun si se trata de situaciones o personajes genéricos. Así, sin ánimo de aguar fiestas, vale la pena detenerse un momento y analizar el lado claro y el oscuro del personaje recién homenajeado: la mujer.
Se puede afirmar que desde los albores de la humanidad, la mujer ocupó un lugar subalterno en las diversas sociedades, exceptuando, tal vez, su situación en algunas culturas matriarcales que se perdieron en el tiempo.
En la mayoría de los pueblos la mujer ha mantenido una imagen sumisa, resignada, predestinada a servir al hombre y a ocupar varios escalones por debajo de él, incluso en procesos revolucionarias donde se suponía que el hombre y la mujer eran iguales en derechos. Pero esa herencia de siglos remotos la hemos heredado hoy, en pleno siglo del hiperliberalismo, donde se suponía que la desigualdad de oportunidades, la iniquidad, el atropello contra lo diverso ya habían sido superados.
A veces nos indignábamos cuando oíamos que los talibanes de Afganistán despojaban a las mujeres de todos sus derechos, obligándolas a no trabajar fuera de sus casas ni circular libremente ni estudiar y ocultar su cuerpo, incluido su rostro, con largos velos que sólo dejan una abertura en el sector de los ojos. Pero acá, que también se ha despojado a las mujeres de varios derechos, no se nos mueve un pelo cuando tenemos cerca, especialmente a mujeres migrantes de origen indígena, trabajando más de 15 horas al día en labores de servidumbre doméstica, o cuando empresarios explotadores contratan a jóvenes mujeres por 300 o 400 bolivianos en trabajos pesados que duran más de 12 horas. En estos casos salen a flote los argumentos de la igualdad de oportunidades, y, aclaro mi reclamo: no es por convertirme en protector del “sexo débil”, sino porque en definitiva hay más predisposición de abusar a las mujeres por considerarlas más dóciles. Por ellas, no va ningún homenaje, sino la arenga para que se rebelen y reclamen sus derechos.
Pero así como hubo y hay valientes mujeres que se enfrentan al poder (sólo recordemos a las de la Coronilla en Cochabamba o a las que fueron ametralladas en 1942 en los campos de Catavi o a las mujeres mineras que con su Huelga de Hambre dieron la estocada final a la dictadura de Banzer, en enero de 1978), también hubo desalmadas que no les tembló la mano para castigar a gente indefensa. A esas las encontramos en las prisiones y campos de concentración en las dictaduras pasadas, gozando con las torturas y represión que imprimieron. Para ellas va nuestro repudio y, sin animo de revancha, esperamos que en algún momento les llegue el castigo, ahora que el velo que cubrió el oscuro Plan Cóndor se va destapando.
Pero, haciendo un paréntesis y esperando que incluso las desalmadas se rehabiliten y que no surjan otras nuevas, no dejo de admirar a la mujer, a la niña, a la joven, a la madre y a la abuela, a la soltera y a la casada o juntada; y para todas ellas me presto unos versos de Miguel Hernández, poeta español, amante y guerrero, muerto de amor y de represión en las cárceles de un dictador: “No puedo olvidar / que no tengo alas / que no tengo mar / vereda ni nada / con que irte a besar.”

Yuri (2001)

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MUJERES CON DIGNIDAD

Hoy se celebra el Día de la Mujer, motivo por el cual los homenajes menudearon en muchas instituciones y hogares. Pero, este homenaje —en una sociedad machista en la que vivimos— no deja de ser un saludo a la bandera, pues los derechos de las mujeres sigue postergados, al mismo tiempo que la actitud de muchas de ellas es también machista, reforzando así al sistema.
El rol subalterno de la mujer en nuestra sociedad viene diseñado desde el hogar, por más que se diga que “cada vez hay más mujeres ocupando cargos de responsabilidad”.
Desde que son niñas se les va inclinando hacia juegos —de cocina, de labores del hogar o de maternidad y muy poco o nada a jugar con autos por decir uno clásico de varones— que en su madurez serán asumidos como actividades propias. Contrariamente a los niños se les “reflexiona” cuando participan en esos juegos de mujercitas, no faltando a veces el calificativo de maricón a los persistentes.
Ya adolescentes, las mujeres maduran mucho antes que los hombres, es decir, asumen más rápidamente sus cambios corporales y emocionales; pero —aun no entiendo porqué— en muchas de ellas surge cierta ingenuidad que luego es aprovechada por la mayoría de los varones.
La siguiente etapa de la vida conlleva asumir responsabilidad y defender derechos, tanto para mujeres como para varones. El enamoramiento, la conformación de parejas que puede o no institucionalizarse en matrimonios, en hogares, y luego los hijos, donde cada parte tiene su rol. Y aquí empieza el conflicto.
Muchas parejas se disuelven rápidamente, otras no llegan ni a convivir, pero vienen los hijos y muchas mujeres se convierten en madres solteras; y con ellas los pequeños viven bajo el estigma de “¿quién será su padre?”.
El Código del Niño, Niña y Adolescente establece que los niños y niñas que solo tengan madre o padre conocido, serán registrados con un segundo apellido para evita la discriminación. Pero, esta disposición no hace más que aumentarla, porque es peor inventar situaciones ficticias a asumir la realidad con dignidad, al mismo tiempo que hacer comprender —en los hogares, en la escuela y donde se reproducen estas posiciones falsas— que no es anormal tener sólo madre y en consecuencia sólo un apellido.
La responsabilidad y los derechos van de la mano, pero su ligazón a las personas está dado por un delgado hilo poco cultivado: la dignidad.
Muchas mujeres aceptan con dignidad su situación de madres solteras, aun sabiendo que podrían exigir el cumplimiento de sus derechos para sí mismas como para los hijos procreados, pero prefieren asumir la realidad antes que convertir a sus hijos en recursos de sobrevivencia y vivir en un conflicto interminable en el que sufren los pequeños. Por otra parte hay también muchas mujeres que aceptan un primer apellido para sus hijos, que pelean por las "sagradas" pensiones familiares (si la pareja se ha separado) y otros “derechos” más a costa del maltrato del procreador antes que padre. ¿Ellas no pueden valerse por si mismas? La conquista de derechos está bien, pero antes valen más el cariño y el amor.
Valerse por si mismos debería ser uno de las primeras lecciones que se de en el hogar y en la escuela a la par de la responsabilidad y la defensa de la dignidad, aunque el derecho diga lo contrario

Yuri (2002)

9 oct de 2006

MATANZA EN HUANUNI

Acción de agentes del poder económico supranacional y de tontos útiles

El martes 3 de octubre sucedía en Sucre un hecho por demás insólito: el constituyente Román Loayza se presentó nuevamente al seno de los debates y llamó a la reconciliación, tras sufrir una caída casi mortal en una sesión borrascosa donde oficialistas y opositores al gobierno boliviano de Evo Morales no pudieron ponerse de acuerdo en procedimientos de cómo llevar adelante la Asamblea Constituyente.

Al borde de la muerte, el asambleísta Loayza con seguridad tuvo un encuentro con Dios, con esa fuerza que para muchos es sólo imaginaria, encuentro que le hizo cambiar la visión de su vida y entorno: “Estoy volviendo con más fuerza, pero con fuerza de cariño, con fuerza de amor, con fuerza de respeto (…) Todos somos amigos y, como amigos, nos tenemos que tratar. Yo pensaba, ¿qué he hecho mal, por qué me ha castigado Dios? De repente es una prueba, de repente a algunos les he fallado. ¡Perdóname Dios!!!” http://www.la-razon.com/versiones/20061004_005684/nota_249_340303.htm

Y cuando casi todo parecía volver a la normalidad, cuando ese fantasma de la “guerra civil” parecía disiparse (fantasma alentado por ciertos intereses ocultos), el jueves 5 y viernes 6, mineros sindicalizados y cooperativistas se enfrentaron a muerte por la posesión de parajes en el cerro Posokoni, un yacimiento minero de estaño en Huanuni, localidad que conocí en 1978 con Miriam, cuando teníamos la esperanza de que en un futuro inmediato habría cambios sociales con justicia y equidad; pero, a 28 años de entonces, ese mismo Huanuni que sigue en la pobreza, se desangra por la intransigencia y la sin razón, y lo mínimo que hoy pide es paz.

Lo sucedido en ese distrito minero es desastroso: la cifra de víctimas —oficial: 16 muertos y 57 heridos; el Defensor del Pueblo: 21 muertos y un número indeterminado de heridos; medios de información: 19 muertos y mas de 81 heridos— deja ver al desnudo nuestra irracionalidad, de los humanos, que cegados por la ira, la codicia, la acumulación de bienes y su defensa a cualquier costa. podemos perder la cordura y llegar no sólo al enfrentamiento verbal (como normalmente sucede en las sesiones de la Asamblea Constituyente y del Congreso Nacional o en cualquier conflicto exacerbado, privado o público), sino también a la agresión física, donde no gana ni el vencedor ni el vencido, porque ninguno tendrá a partir de entonces paz en su conciencia, el primero por haber usado más fuerza que su oponente y el segundo por haber sido humillado, quien esperará otro momento para la revancha. http://www.erbol.com.bo/6-10-06listafinal.htm, http://www.la-razon.com/versiones/20061008_005668/nota_249_341891.htm

¿Y quién es el culpable de esa locura? ¿El Gobierno? ¿El Ministro de Minería? ¿Los dirigentes sindicales y cooperativistas? ¿El heredado y pesado sistema administrativo que no puede ser cambiado? ¿El famoso Decreto Supremo 21060? Se habla de que se iniciarán investigaciones para encontrar a los responsables, mientras todos se echan la culpa entre todos.

Pero (y no es por defender a nadie) si el Gobierno, como dicen, no hizo nada para dar solución al conflicto; si los dirigentes de ambos sectores no conciliaron y concertaron, mostrando más bien su normal intransigencia; si los dirigente medios, no buscaron salidas nobles que eviten la muerte; si nadie hizo nada para que entre parientes, amigos, paisanos se maten; entonces ¿quién es el culpable? Todos son (y somos) culpables, porque no es justificativo llegar al enfrentamiento mortal y fatal si un órgano superior (llámese Estado, autoridades de ministerios o cúpulas dirigenciales) no da soluciones. Lo correcto era que cualquier dirigente medio o minero de base podía haber impulsado la conciliación y no dejarse llevar más bien por el “todo o nada”; por eso, todos son (y somos) responsables al actuar irracionalmente en esa confrontación.

Estoy seguro que detrás de estos siniestros acontecimientos está la mano negra del poder económico supranacional, cuyo objetivo es controlar los recursos estratégicos. Y para ello (así siempre hicieron los que detentan el poder económico mundial) tienen agentes en todos los sectores de la sociedad (dentro y fuera del Gobierno), quienes actúan con intransigencia para llegar pronto al enfrentamiento, caldo de cultivo para que tras la fratricida contienda, aparezcan las fuerzas armadas “salvadoras” de esos poderes (bajo la máscara de “Cascos Azules”) para imponernos la “paz”, e inmediatamente iniciar el negocio, bajo un régimen títere, en la administración de nuestros recursos (gas, hierro, minerales, bosques, agua, etc. ) y en la reconstrucción del país destruido.

Es que no podemos darnos cuenta que lo sucedido en Huanuni es un ensayo de lo que nos puede suceder si es que actuamos como tontos útiles del poder económico y de sus intereses ocultos. Los francotiradores situados en las cercanías al cerro disputado y que dispararon con precisión, aparentemente mataron indistintamente, lo cual enardeció mucho más a los grupos enfrentados: el objetivo parece que era crear una situación que desencadene más confrontación hasta involucrar a otros centros mineros y convertirla en incontrolable. Y parte de esa estrategia fue también la muerte de población civil que nada tenía que ver en el conflicto, como el caso de la anciana que fue despedazada por dinamitazos tras esconderse en su local, creyendo que allí estaría segura; pero, la destrucción de los puestos de venta en el mercado de la población por la acción de los explosivos, cobraron esa víctima más. http://www.laprensa.com.bo/hoy/especial/especial02.htm

Claro que en este drama tiene su buena cuota las cúpulas de los partidos tradicionales (MNR, MIR, NFR, UCS. ADN) que se la tienen jurada al Gobierno actual, pues tuvieron que aguantar el recorte de su mandato y de jar de gozar de sus privilegios tras la caída del anterior sistema y su Parlamento, partidos que no cesarán de buscar cualquier pretexto para crear conflictos y generar incertidumbre y cansancio en muchos sectores de la población, a fin de justificar un cambio de gobierno; lo que hoy sucede (9 de octubre) en la sede de Gobierno con el bloqueo de calles por los chóferes dirigidos por Franklin Durán, ex diputado suplente de NFR, es parte de ese plan.

Y es así como sucedió (y está sucediendo) en Afganistán e Irak, países donde los ganadores son los empresarios de la industria armamentista, los empresarios petroleros, los constructores, los de servicios… y no son precisamente los ciudadanos comunes, quienes más bien siguen haciéndose llevar por las pasiones irreconciliables que sólo dividen.

No sería la primera vez en la historia de la humanidad que los poderes económicos supranacionales y los países que los protegen creen situaciones de beligerancia interna para luego sacar beneficios: la ocupación de las ultimas colonias españolas (Cuba, Filipinas y Puerto Rico) por los Estados Unidos a comienzos del siglo XX obedeció a ese tipo de conspiraciones, lo mismo que la creación de Panamá (1905) tras su secesión de Colombia, y así también fue en Grenada (1983), Panamá (1989), en Haití (1994) y en tantos otros lugares o su intervención indirecta para imponer dictaduras militares en Sudamérica en la década de los 70.

En 1912, el mismo año en que los Estados Unidos invadía militarmente a Panamá con el argumento de poner fin al desorden y acabar con la corrupción (en realidad fue para asegurar su dominio sobre el Canal interoceánico, pues se quedaron allí hasta 1933), su presidente William H. Taft sentenciaba: "No está lejano el día en que tres banderas de barras y estrellas señalen en tres sitios equidistantes la extensión de nuestro territorio: una en el Polo Norte, otra en el Canal de Panamá y la tercera en el Polo Sur. Todo el hemisferio será nuestro de hecho, como, en virtud de nuestra superioridad racial, ya es nuestro moralmente". http://www.zocalo.cl/ratonera/articulo.asp?aCat=3&art=35

Aun estamos a tiempo de desenmascarar a los intransigentes de cualquier lado (oficialistas u opositores; sindicalizados o cuentapropistas; profesionales o empíricos; etc.), que como agentes o como tontos útiles nos quieren arrastrar al enfrentamiento fratricida, donde sólo ganarán los capitales transnacionales y los países que los protegen; pero, nunca Bolivia ni sus habitantes.

Yuri

MAS AL CHE



En la Higuera. Encuentro Mundial Ernesto Che Guevara - 30 Aniversario. Vallegrande, 5-11 octubre 1997 (Foto: Yuri)

TAL VEZ NO NOS EQUIVOCAMOS

Tal vez llegamos tarde a incorporarnos
a esta hora en que muchos renegaron,
tal vez digan que no es tiempo de seguirte
en esta incertidumbre que heredamos.

Tal vez a ratos te preguntes:
¿dónde están los viejos adulones
que en tiempo de rentados funcionarios
esperaban ansiosos la llegada
de la línea dogmática lejana?

Tal vez hoy puedas encontrarlos
en mullidos sillones de oficinas
como asesores y consultores sin vergüenza
como agentes del dinero y la excelencia.

Tal vez aparezcan estos días
a rendirte homenajes fermentados
luciendo el cinismo acostumbrado
luciendo falsas luchas del pasado
vendiendo su imagen de impostores.

Tal vez no nos equivocamos en seguirte
en un tiempo a destiempo de utopías
pues contigo más ganamos que perdemos
sin gozar, como tú, de privilegios.

Yuri
Sep 1997

8 oct de 2006

LA PASTORA NO DIO AVISO DEL CHE


La Higuera. Encuentro Mundial Ernesto Che Guevara - 30 Aniversario. Vallegrande, 5-11 octubre 1997 (Foto: Yuri)

Otros informaron de la presencia del Che
La pastora de cabras no dio el aviso

Una campesino atemorizado cultivador de papas, ve al amanecer del 8 de octubre el paso de guerrilleros por su terreno. Su denuncia es determinante para que el Ejército cerque al grupo del Che

Mi padre tenía una propiedad con sembradíos de caña en la quebrada San Antonio, a 7 Km. de la Higuera, en la otra banda del Río Grande, ya en Chuquisaca, cerca a El Oro y Ocampo, dice Dionisio Rivas Brito, hoy abogado. Él investigó los sucesos que motivaron la emboscada al grupo del Che en la Quebrada del Churo.
En esa época Rivas tiene 6 a 7 años. El 27 de septiembre del 67, un destacamento militar de 150 hombres pasa por su casa; está comandado por el Cap. Gary Prado Salmón. Un día antes la vanguardia guerrillera es emboscada por el Ejército en el sector llamado El Batán, cerca a La Higuera; allí son victimados Coco Peredo, Miguel y Julio. También, cerca de su casa, es apresado el Camba, uno de los sobrevivientes de esa emboscada; lo agarran cuando una patrulla militar baja a la quebrada a recoger agua.
Días después, el 7 de octubre, el Che escribe en la última página de su diario el paso de su columna por las cercanías de La Higuera. Por la tarde, una pastora de cabras los descubre y tras detenerla le recomiendan no decir nada de su presencia; luego tratan de salir del sector ya que el cerco del Ejército se acentúa.
De la pastora siempre se sospechó de ser la que denunció, ante los militares, la presencia guerrillera en ese sector; sin embargo, no fue así.
Según Rivas y otros testimonios recogidos en La Higuera, aquel 7 de octubre, muy de noche, el grupo del Che pasa por un sector, según su Diario, “que no tiene casas cerca, pero sí sembradíos de papa regados por acequias del mismo arroyo”.
Esa misma noche, Pedro Peña, campesino del lugar, va a ese hueco a regar sus plantas de papa y se queda allí a dormir. A eso de las tres de la mañana del 8 de octubre, Peña ve que unas personas pasan por su cerco “haciendo sonar fierros”, es decir sus armas, por lo que supone que son los guerrilleros.
Ese mismo instante, sin ser visto, Peña se dirige a Jagüey para avisar al corregidor Manuel Herrera de la presencia guerrillera; éste a su vez va a La Higuera para informar a los capitanes Pérez y Huerta, quienes coordinan la acción con el capitán Prado que está en el Abra del Picacho. Son las cinco de la mañana.
Tras la denuncia, de Peña primero y de Herrera después, los militares organizaron el cerco y los hechos culminan al día siguiente con el asesinato del Che en la escuelita de La Higuera.
Gary Prado, dice Rivas, nunca investigó por su cuenta quiénes le dieron la información.

Campesinos amedrentados

El temor era evidente, dice Rivas, más aún cuando un campesino del lugar después de ayudar al guerrillero Antonio Domínguez (León) a cambiarse de ropa y cortarse el cabello, fue apresado por el Ejército y torturado. Con esos métodos represivos y de amedrentamiento, era difícil que los lugareños no dieran información a los militares. Esa presión impidió también que los guerrilleros consigan datos de los movimientos militares, que para entonces ya habían ocupado Pucará.
Conrado Calzadilla, vecino de esta última población, quien entonces tenía 34 años, dice que cuando la guerrilla se acercó más a Pucará, el Ejército hizo allí su campamento y cercó el pueblo, impidiendo que los pobladores dieran cualquier información a los guerrilleros.
De acuerdo al Diario del Che, el 26 de septiembre el grupo llega a Jagüey y se encuentra con un comerciante que bajaba de Pucará a la Higuera, quien, al ser requerido sobre movimiento de tropas, miente, indicando que no vio nada. De haber sabido el Che de que las tropas del Ejército estaban cerca, dice Rivas, se hubieran alejado del lugar y nunca hubiera sucedido la emboscada en la Quebrada de el Churo.
En esa época, los campesinos del lugar oyeron por primera vez el término guerrilla y pensaban que era mala gente. “Nosotros, dice Calzadilla, no pensábamos ni en sueños que la guerrilla había sido a nuestro favor, en favor de la gente humilde, los campesinos. Si nosotros hubiésemos estado al tanto de eso, la guerrilla nunca iba a fracasar. Digo esto sinceramente, porque al menos, desde que yo he conocido la línea del Che, del Comandante, he creído que ellos vinieron a ayudarnos y no como decía el Ejército, que eran gente mala.”
“Pero nos comprometían, nos obligaban los militares, cada día a una familia, dar la mesa a uno o dos soldaditos, porque parece que ellos no tenían víveres o era escaso. Les hemos cooperado, porque no había cómo contradecir al Ejército.”
“Nos metían mucho miedo, nos decían que si los guerrilleros triunfaban íbamos a perder todo y que trabajaríamos para ellos y sólo seríamos sus peones. Por eso no pudimos cooperarlos y además no conocíamos nada de guerrillas y que los guerrilleros era la mejor gente que vino a luchar. Pero nosotros no conocíamos eso. Mala suerte. Lástima que el Comandante no vino antes de entrar a la guerrilla a que tome conciencia la gente, a hacerse conocer quién era. De esa manera, hubiera sido fácil.”
En un momento del relato, cuando una cubana que también visitaba La Higuera interrumpió la conversación, Calzadilla le dijo estar alegre de que llegue a conocer estos pagos, pero “mala suerte que tarde y que dieran lugar a que el Comandante muera”.

Los dólares

Conrado Calzadilla, vecino de Pucará y quien entonces tenía 34 años, confirma que Pedro Peña tenía unos sembradíos de papa en ese sector y que por allí había pasado el grupito guerrillero, “que estaba completamente atropellado por el Ejército”. Cuando Peña estaba regando su papa, vio a los guerrilleros que pasaban por allí, entonces se metió al monte y huyó.
Los guerrilleros, según Calzadilla, cuando llegaron al lugar ocultaron un bolsón de dinero en un tanque de agua que estaba en ese sembradío; él asegura que habrían dicho que “en vez que este dinero lo hallen los militares que se lo halle este pobre”. Cuando Peña volvió al sitio, se encontró con un bolsón con dólares y como no sabía su valor, se fue a La Higuera y los entregó o al Cnl. Andrés Selich o a un militar de apellido Galindo.
Calzadilla dice que por la entrega de los dólares, Peña recibió en recompensa un cesto de coca y algo de dinero que no llegaba ni a 500 pesos bolivianos, entonces unos 40 dólares.
Después de esos sucesos y la muerte del Che, Pedro Peña fue llamado a Vallegrande por Selich, quien le recomendó que no dijera nada a nadie, pues de lo contrario su vida corría peligro.
Y así fue, Peña calló siempre, e incluso se fue de La Higuera para radicar cerca de Santa Cruz, dicen que en San José, entre el Torno y La Guardia, aunque según Calzadilla, ya habría fallecido.

Coco Peredo muere

El día que pasaron los guerrilleros por el Abra del Picacho nosotros estábamos de fiesta -dice Mauricio Calzadilla, hoy un anciano casi ciego de más de 70 años- y como vecino de aquel lugar, estaba festejando a la Virgen de la Merced.
Ellos pasaron por allí por la mañana, y se dirigían para este lado, dice don Mauricio. Había harta gente, no ve que era fiesta, pero no todos los vieron, porque apenas supieron que estaban los guerrilleros, se ocultaron. Teníamos miedo No ve que no conocíamos.
Yo y otros más, como estábamos borrachos, no hemos huido. Ahí estabamos, pero no nos han hecho nada. Han entrado un rato y luego han pasado para acá. Era el 24 de septiembre.
Yo escuche que ese Coco echó su “spich” y dijo que ellos salieron a luchar por la gente pobre, eso me acuerdo. No nos tengan miedo, decía, aquí la gente, esos ricos, mucho abusan con los pobres. Y es cierto. Ya ve, yo estoy igual que antes, dice Calzadilla. Mi casa está en el Abra del Picacho y tengo un pequeño terrenito donde no hay sembradíos. Más abajo tengo alguito de trigo, maíz, papa, pero poco, para nuestro consumo.
Cuando cayeron Coco, Miguel y Julio Gutiérrez en Abra del Batán, el 26 de septiembre, sus cadáveres cargados en mulas pasaron por Pucará y todos nosotros nos concentramos para recibirlos, dice Conrado Calzadilla. Sentimos mucho esas muertes y lloramos, como cuando se siente por la muerte de cualquier humano, pese a que el Ejército nos metía miedo.
Fe y homenajes al Che

Yo siempre le rezo al Che, cada noche porque es milagroso. Yo soy seguidor de él —continúa Conrado Calzadilla— aunque los homenajes como el de hoy día, recién han empezado cuando llegó la democracia. Antes, qué iban a dejar a hacer los militares, pues a fin de cuentas, no son gente preparada ni civilizada.
Después de la guerrilla los militares han venido continuamente y forzosamente pasaban por Pucará. Preguntaban dónde es La Higuera y les proporcionábamos un animal y un mozo para que los guíe, porque la carretera sólo llegaba hasta Pucará.
El camino a La Higuera recién hay desde hace nueve años. Todo ha cambiado desde entonces.

(Basado en: Testimonios recuperados en La Higuera, durante el Encuentro Mundial Ernesto Che Guevara - 30 Aniversario. Vallegrande, 5-11 octubre 1997; “Ñancahuazú: La guerrilla del Che en Bolivia” de José Luis Alcázar; “Diario de campaña” de Ernesto Che Guevara)

Yuri Aguilar Dávalos

7 oct de 2006

AL CHE


Plaza de Vallegrande - Encuentro Encuentro Mundial Ernesto Che Guevara - 30 Aniversario. Vallegrande, 5-11 octubre 1997 (Foto: Yuri)

SIGUES TRIUNFANDO

Siempre te persiguen
por plantar tus banderas incólumes
por sembrar haciendo lo que dices
por mirar de frente ante la infamia
siempre te persiguen...

Pero ¿quién puede reprocharte lo que haces?
¿quién puede caminar a tu ritmo
venciendo selvas y altiplanos
venciendo oro y ministerios
dejando atrás a los que lento
caminan ciegos en la historia?

Sigue acosándote la bestia
porque donde dejaron huella tus pisadas
despiertas a irredentos esclavos de conciencia
del letargo milenario acostumbrado.

Creyeron derrotarte al detenerte
fusilando tu cuerpo, tus ideas
ocultando por años tus despojos
prohibiendo tu imagen levantada
en plazas, calles y poleras.

Creyeron ganarte esa guerra,
guerra sucia manchada de traiciones
guerra sucia de criollos asesinos
y de invasores verdes del imperio.

Imposible vencerte hoy y siempre
y que quieran borrarte de este mundo,
imposible que no estés entre la gente
avanzando altivo siempre al frente
porque apenas llegaste a esta tierras
plantaste tus valores
y triunfaste.

Yuri
Sep. 1997

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SAN ERNESTO, COMANDANTE

¡Quién puede saber de la muerte
sino cuando ya se ha muerto¡
Pero hay gente que no muere
por más tierra que le echen...
y si hay muchos que esperan
ver los restos de un viviente
más son quienes no olvidan
el andar de un combatiente.

Quisieron quemar tus restos
descuartizarlo en pedazos
fingir mil enterramientos
y confinar a mil kilómetros
lo que queda de tu cuerpo.

Pero vano fue el esfuerzo
por borrarte de este infierno.

Vives siempre Che Guevara
enterrado o descubierto
en el Congo o Vallegrande
en la Higuera
o donde sea

San Ernesto, Comandante:
tu presencia combatiente
sigue siendo permanente

Yuri
1996

2 oct de 2006

AL ENCUENTRO DEL COMANDANTE SAN ERNESTO DE LA HIGUERA


En 1994 estuve por primera vez en la tierra donde combatió El Che, es decir hace 12 años, tiempo en el que fue escrita la nota de abajo, cuando acompañé a Tere, la pequeña Lucía y compañeros de su trabajo, a ese paraje inolvidable.
Sin embargo, poco ha cambiado desde entonces, excepto que algunos de los que tenían “encorbatada la cabeza” participando en el primer gobierno de Gonzalo Sánchez de Lozada (cuando las reformas y las privatizaciones, bajo el rótulo de Capitalización, eran la panacea para Bolivia) hoy ocultan ese pasado un tanto vergonzoso; y en cuanto a los que mantuvieron su independencia y oposición a dicho régimen y actualmente están en función de gobierno, algunos de ellos , engolosinados del poder, reproducen las viejas prácticas de la política tradicional, repartiendo avales para cargos públicos y abusando de la administración estatal.

En este nuevo panorama, tal vez si el Che aparecería de pronto, de seguro que los echaría a latigazos del Poder recordándoles que cuando hacían campaña electoral prometieron que no harían lo mismo que los del viejo sistema…; pero. sin más preámbulos, les dejo con la lectura.


Ya había anochecido cuando llegamos a Vallegrande. Esa noche debíamos alcanzar La Higuera. Nadie conocía el camino. Pedimos indicaciones y recorrimos varios kilómetros hasta que encontramos una movilidad que se nos acercaba; les preguntamos a sus ocupantes si estábamos en la ruta correcta, pero no era así. Debimos retornar hasta cierto cruce que habíamos dejado atrás y tomar el otro camino. En esos instantes pensé cómo habrá sido la marcha del Comandante por aldeas y senderos desconocidos, a veces evitando crear sospechas y en otras difundiendo el por qué de la lucha.

La noche estaba estrellada, de modo que se podía ver en el trayecto, algunas siluetas de esas altas serranías no muy dotadas de vegetación. De pronto se abrió ante nosotros un aire de fiesta: luces de lámparas y mecheros en las casetas de una típica feria de pueblo, banderillas ensartadas colgadas a lo largo de la plazuela, canciones y una fogata que calentaba a los más friolentos visitantes. Era el poblado de La Higuera, el último sitio que vio con vida al Che.

Los pobladores del lugar había preparado el recibimiento a los posibles visitantes que año tras año se animan a llegar a tan alejado lugar. Las chichas preparadas por los maestros de la escuela se confundía con los carnavalitos y caluyos del lugar, con más aire kolla-valluno que camba.

"Es el homenaje al Comandante... San Ernesto de la Higuera es nuestro Patrono... Nadie nos quitará el derecho de recordar al Comandante..." Casi nadie de los pobladores le llama Che; para todos es el Comandante.

También casi todos, tienen alguna vivencia de aquel 1967: "Yo vivía en Pucara, era niña y vi cuando trajeron los cuerpos muertos de unos combatientes del Comandante. Era antes de que lo maten acá, en La Higuera. Llegaron colgados sobre unas mulas. Les quitamos los cuerpos a los soldados y los bañamos, porque no podíamos verlos así, tan destrozados. Después recién empezó el velatorio."

Han pasado veintisiete años desde entonces y la romería de cada 8 de octubre, afortunadamente, se hace cada vez más selecta. Ya no se vé a muchos de los que en los años 70 y comienzos de los 80 decían seguir la estrella del Che; ellos ahora tienen encorbatada la cabeza.

El Comandante, San Ernesto de la Higuera, se quedó allí y nadie lo sacará de esas montañas. Los pobladores del sector creen en él, como también muchos de los visitantes que estuvimos en sus dominios.

Yuri
Noviembre 1994