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23 mar de 2006

EL MAR DE BOLIVIA

Año tras año, cada 23 de marzo, nos llega la añoranza de lo que nunca pudimos disfrutar: el mar. Y lo peor es que poco sirven las marchas, embanderamientos y declaraciones si nuestros gobernantes, al menos los que tuvimos, poco o nada hicieron por definir una clara política de Estado respecto al derecho sobre nuestros territorios en las costas del Pacífico.

Después de la invasión chilena al Departamento de Litoral, en 1879, los diferentes gobiernos, siempre de la oligarquía, prefirieron cuidar sus intereses privados antes que los de la Nación; la Cancillería boliviana jamás delineó una consecuente política marítima. En esa política entreguista, el golpe de gracia lo dio el Partido Liberalencabezado por Ismael Montes, en 1904, cuyo gobierno vendió nuestros territorios marítimos por un ferrocarril y unas cuantas libras esterlinas. ¡Y vaya ironía!: una parte de esa línea férrea fue desmantelada por la empresa chilena Cruz Blanca gracias a la política privatizadora del Movimiento Nacionalista Revolucionario (MNR) y su gobierno neoliberal de Gonzalo Sánchez de Lozada (1993-1997), con el consentimiento de los partidos del sistema: Acción Democrática Nacionalista (ADN), Movimiento de Izquierda Revolucionario (MIR), Unión Cívica Solidaridad (UCS), Movimiento Bolivia Libre (MBL), Frente Revolucionario de Izquierda (FRI) y otros.

(El dibujo titula " Vista del puerto de Cobija, república de Bolivia" y es de Alcides D'Orbigny, explorador francés, quien estuvo en las costas bolivianas en abril de 1830. Tomado de: Alcides D'Orbigny. Viaje a la América Meridional. Tomo III. La Paz, IFEA/Plural, 2002)

Un juego patriótico

De niños solíamos jugar entonando un estribillo que, lamentablemente, nuestros padres y maestros no nos explicaron su origen.

Esos versos se referían a la línea férrea Arica – La Paz construido por Chile como parte del pago que hizo ese país tras la firma del Tratado de 1904, por el cual todo el territorio boliviano sobre el océano Pacifico pasaba a poder del Estado chileno.

Los niños nos poníamos en fila imitando a un largo ferrocarril y recitando a toda voz avanzábamos al ritmo, hasta que llegábamos a las dos últimas estrofas donde dábamos varios pasos hacia atrás, repitiendo "un paso pa'atrás, pa'atrás, pa'atrás / un paso pa'atrás, pa'atrás, pa'atrás", y reanudábamos la supuesta marcha hacia adelante; la verdad es que siempre quedábamos en el mismo sitio y no había tal avance, como sucedió también en la realidad del país.

Posiblemente quienes idearon ese juego inocente, pero patriótico, quisieron protestar contra el ignominioso Tratado de 1904, pensando que así influirían en la niñez y desenmascararían la política pro chilena del Partido Liberal gobernante que alababa el trato hecho con Chile, donde la línea férrea Arica – La Paz no fue sino el camino directo para que la industria chilena se benefie introduciendo a Bolivia sus mercancías antes que lo hiciera la incipiente economía boliviana hacia la vecina usurpadora.

Esta era la letra que cantábamos:

Ferrocarril, carril, carril
Arica - La Paz, La Paz, La Paz
Una paso pa'atrás, pa'atrás, pa'atrás
Una paso pa'atrás, pa'atrás, pa'atrás

Al parecer la canción fue premonitoria, pues como dijimos antes, la línea del Ferrocarril que salía de La Paz la hicieron desaparecer los chilenos y el gobierno de Sánchez de Lozada.


Nuestro rico Litoral

Y continuando con las canciones. Mi madre me contaba que cuando era niña llegaron a la parroquia de San Juan de Dios unos sacerdotes chilenos. Como ella vivía a media cuadra de la Iglesia (en la calle Loayza de La Paz) asistía a las sesiones de catecismo. Lo curioso fue que los curitas, aprovechando los rezos, les hacían entonar unas canciones nada apropiadas para Bolivia; una de sus estrofas decía: "¡Dios salve a Chile!!!" Desde luego que la indignación de su padre, Angel Dávalos Vidaurre, no se dejó esperar y los superiores tuvieron que cambiar al predicador.
En esa misma época, uno de los himnos patrióticos que se cantaban en colegios y escuelas, era un bolero de caballería. Esa pieza se la entonaba hasta mediados de los años 20; pero, se lo dejó de hacer, tal vez como una concesión más de los gobiernos bolivianos de turno ante las exigentes políticas chilenas de ocupación y chantaje.

Ese bolero de caballería lo oí cantar a mi madre, Blanca Dávalos Calderón, quien recordada que cuando cursaba la Primaria de la Escuela Modelo de esta ciudad, las niñas lo entonaban cada año en los actos de homenaje a la Guerra del Pacífico.

Yo recuerdo que mis padres
con denuedo singular
defendieron con su sangre
nuestro rico Litoral
con denuedo singular.

Tocopilla, Antofagasta
en Cobija junto al mar
Mejillones y Calama
nuestra patria allí está
en Cobija junto al mar.

Y ahora ¿qué hacer?

La inflexible política de Estado del vecino Chile, casi no nos permite vislumbrar un pronto retorno a las costas del Pacífico. Indudablemente su política diplomática es única y permanente, aún antes de constituirse en república, la que fue reforzada a partir de Diego Portales, Ministro del Interior en los primeros años de su independencia; es decir, extender sus fronteras y dominar el Pacífico a costa de cualquier medio, incluso de la guerra y la usurpación territorial. Portales así lo dijo: "Debemos dominar para siempre en el Pacífico; ésta debe ser su máxima ahora, y ojalá fuera la de Chilepara siempre.

"¿Mar por gas? ¿Un enclave territorial o tal vez un corredor? Lo cierto es que deberíamos, como Estado (donde intervenga decididamente el sector privado), preparar nuestra marcha al mar haciendo lo que podemos; por ejemplo, formando una flota naviera que utilice las vías fluviales de acceso al mar (en nuestro caso al Atlántico). Suiza, país sin mar pero con una de las flotas mercantes más grandes del mundo,así lo hace: llega al Mar del Norte por el río Rhin, a través de Alemania.

Y también sería bueno rescribir la historia y saldar cuentas con personajes que nos dejaron en malas condiciones; tal vez, como primer acto de justicia, se puede cambiar los denominativos a muchos lugares públicos que hoy llevan inmerecidamente sus nombres.

23 marzo 2006

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En 1904 venden el mar boliviano

"Padres de la patria" traidores

Cuando se llega a saber que el 20 de octubre de 1904, el Tratado de Paz y Amistad entre Chile y Bolivia es suscrito en Santiago de Chile, las protestas en todo el país se propagan. Ese tratado firmado por Alberto Gutiérrez en representación de Bolivia y Emilio Bello Codesido por Chile permite que el Estado chileno se apropie del extenso Departamento del Litoral más sus riquezas terrestres y marítimas.

Es la culminación de la ocupación militar chilena de los territorios costeños bolivianos y de su extensión marítima, ocupación que tiene sus raíces en el avance sistemático que hace esa nación desde que se descubren las riquezas naturales en esos suelos, como son el huano, salitre, cobre, plata y otras.

Pero, como las protestas eran previsibles, el "montismo" (régimen liberal dirigido por el militar Gral. Ismael Montes) ha preparado un amplio plan represivo para garantizar que el desmembramiento sea aprobado en el Parlamento sin ningún obstáculo. No en vano el pueblo ha puesto a Montes el mote de "Tacho de cobre" haciendo alusión a su sombrero tarro o de copa, supuestamente fabricado con el cobre de la rica mina boliviana de Chuquicamata, en poder de Chile

Represión pro chilena

Inmediatamente y hasta que se realicen las deliberaciones parlamentarias, Montes, articula las siguientes medidas represivas contra toda protesta: 1) Desde el día en que se conoce la firma del tratado hasta dos años después de que sea aprobado por el Parlamento, las imprentas que dan intervenidas; 2) Se instaura la censura de prensa; 3) Un total de 500 personas entre políticos, periodistas, catedráticos, escritores, artistas, artesanos y otros identificados como opositores al Tratado amputador son encarceladas, prohibiéndose publicar sus nombres, mientras que dos mil personas huyen a la Argentina; 4) los excombatientes de las batallas del Alto de la Alianza, Pisagua, Canchas Blancas, Tarapacá, Tambillos son encarcelados y los ancianos sufren prisión domiciliaria; 5) Montes permite el ingreso de agentes chilenos quienes propagan el rumor de que si el Parlamento no aprueba el Tratado, Chile invadiría el país y se castigaría a toda la población como se hizo en Lima durante la guerra.

Recién en febrero de 1905, el Congreso empieza a estudiar el Tratado. Los debates son duros, pero el oficialismo liberal tiene todo controlado, aunque no con mucho margen. De los 72 parlamentarios nacionales, 30 fundamentan su voto en contra, condenando el pacto entreguista, mientras que 42 "Padres de la Patria" restantes aprueban la amputación de Bolivia.

El régimen liberal, caracterizado como uno de los más progresistas de Bolivia, es el culpable de nuestro enclaustramiento. Más valía defender lo nuestro con dignidad y no vender el suelo por unos cuantos miles de libras esterlinas y una línea de tren. Pero lo más lamentable es que los gobernantes posteriores, ocultaron también esa verdad.

Es por eso que a los 100 años de la firma de ese Tratado ignominioso, ilegítimo e injusto, y a fin de reparar esa injusticia, presentamos la lista de parlamentarios que rechazaron la entrega del Departamento del Litoral y de sus recursos naturales, al no aceptar el Tratado de 1904 impuesto por Chile. A continuación está la lista de los que aprobaron el enclaustramiento que hoy padecemos y también la del gobierno del Gral. Ismael Montes que lo permitió.

Note el lector que entre los que vendieron la patria figuran políticos que hasta hoy son considerados buenos estadistas y servidores de la Patria, tanto así que varias calles llevan su nombre; note también que varios de ellos tienen parentesco con políticos de la actualidad, mientras que los 30 parlamentarios que defendieron la integridad nacional, han sido borrados de la historia.

Ya que no se cumplió la sentencia a la que juran los funcionarios del Estado cuando asumen sus cargos, asegurando defender la Patria y la Soberanía Nacional —"...si así lo hiciereis, Dios y la Patria os premien y si no, os lo demanden"— nosotros lo hacemos.

Parlamentarios que NO aprobaron la firma del Tratado de 1904

Senadores

Daniel Salamanca
Tomás O’Connor d’Arlach
Pastor Saínz
Eduardo Delgadillo
Guillermo Cainzo
José María Camacho
Miguel Ramírez
Pablo E. Roca
Pedro Ignacio Cortez
Primo Arrieta
Diputados
Atlliano Aparicio
Benigno Caballero
Casimiro Campero
Carlos V. Romero
Domingo L. Ramírez
Feliciano Abastoflor
Fernando Campero
José Orías
Juan W. Chacón
Juan Miranda Calvimontes
José Manuel Ramírez
Juan Manuel Sainz
José R. Pérez
Luis de Argandoña
Natalio Arauco
Rodolfo M. Loza
Roberto A. de la Quintana
Román Paz
Venancio Jiménez
Zenón Orías

Parlamentarios que vendieron el Litoral boliviano y aprobaron la firma del Tratado de 1904

Senadores

Macario Pinilla
José Carrasco (fundador y propietario de El Diario)
Enrique Collazos
Flavio López
José Feliz Camacho

Diputados

Rosendo Villalobos
Rigoberto Paredes
Sabino Pinilla
Benedicto Goytia
Casto M. Rojas
Claudio Quintín Barrios
Rafael Berthin (hijo)
Adelos del Castillo
Alberto Diez de Medina
Aurelio Gamarra
Angel Vásquez
Angel Navia
Antonio Marco
Arturo Molina Campero
Alfredo Prieto
Abigail Sanjinés
Carlos Flores Quintela
César M. Ochávez
Constantino Morales
Ezequiel Salguero
Facundo Flores
Isaías Morales
Jorge Galindo
José Santos Quinteros
Julio Zamora
José María Suárez
Jorge Pando
Luis Salinas Vega
Luis Serrudo Vargas
Luis F. Jemio
Macario Escobari
Maximiliano Justiniano
Manuel E. Vergara
Moises Ascarrunz
Nicolás Burgoa
Quintín Rubín de Celis
Rómulo Herrera

Poder Ejecutivo (Partido Liberal) responsable de la venta del Departamento del Litoral y sus recursos naturales a cambio de un ferrocarril y 300 mil Libras Esterlinas (moneda inglesa).

Presidente: Ismael Montes (gestión 1904-1909)
Vicepresidente: Eliodoro Villazón

Ministros

Claudio Pinilla (Canciller)
Daniel Sánchez Bustamante (abuelo del ex presidente Gonzalo Sánchez de Lozada)
José Carrasco (fundador y propietario de El Diario, continuando su familia)
Juan Misael Saracho
Clodomiro Montes (padre del Presidente)
Manuel Vicente Ballivián
Benedicto Goytia
Aníbal Capriles
José Santos Quinteros
Daniel del Castillo
Angel Diez de Medina
Julio La Faye
Isaac Araníbar
Alberto Gutiérrez (Ministro Plenipotenciario ante Chile)

(Fuentes: "Historia internacional de Bolivia" de Miguel Mercado M.; "Presidentes de Bolivia: Entre urnas y fusiles" de Carlos Mesa Gisbert; periódico "Antofagasta". La Paz, 23 de marzo de 1969)

24 de marzo de 2004

19 mar de 2006

LOS PADRES

A mi padre: ausencia hecha presencia

"Si yo muero no llores por mí
haz lo que yo hacía
y seguiré viviendo"
(Versos de una milonga)



Sentir la ausencia de personas queridas no es nada grato, y más aún de aquellas que sabes que no podrás verlas sino en sueños, aunque a veces tan reales que a ratos crees que esa es la realidad.
Y ese dolor se hace más profundo cuando sabes que a algunas de ellas, relativamente hace poco tiempo pudiste abrazarlas, como es el caso de mi padre que en este día, no solo lo abrazaba una vez por su día, sino también por su cumpleaños.
Y como por estas fechas se oye con más insistencia a Piero con “Mi viejo”, recuerdo como mi papá tarareaba esa melodía, mientras sollozaba disimuladamente para nadie lo notara, tal vez asumiendo el peso que imponen los años, aunque se tenga joven el corazón.
Ahora, cuando el tiempo avanza implacablemente (hoy hubiera cumplido 90 años y ya es el segundo año que lo “abrazo” en su ausencia), pienso que los momentos que dedicamos a nuestros padres (y acá hablo en genérico, de padres y madres), siempre serán pocos, pese a lo mucho que creamos dedicarles.
Pero, así son los derroteros que nos traza la vida, nuestras vidas, solos o acompañados, con o sin hijos, con o sin padres. Los padres sólo pueden tener cerca a los hijos hasta cierto momento de sus vidas: unos se van antes que otros; otros se olvidan más pronto que algunos. Y lo peor es que hay muchos que nunca (o poco) tendrán la relación de padres-hijos y viceversa: hijos que no conocerán a sus padres o que éstos serán sólo una referencia consanguínea, pero sin afecto, y padres que talvez nunca se enterarán (o se sentirán) de que lo son. Por eso, los que hemos tenido o tenemos la fortuna de gozar esa relación, aprovechémosla, alarguemos el tiempo de compartir, de conocernos más, superando momentos en que hijos y padres tengamos divergencias o discrepancias; al fin, esas situaciones no deberían ser más importantes que todo lo mejor vivido. Claro que toda esta argumentación está por encima de casos concretos (algunos inhumanos, deshonestos o inmorales) que podrían desbaratar cualquier posible propuesta de reconciliación.
Pero abstrayéndose de lo indeseado, vuelvo a mi papá (o papi Eduardo como le llamaron sus nietos y bisnietos), haciendo homenaje a su paciencia, a sus silencios que hoy quisiera romperlos, a su valor de forjar una vida y una familia solo, sin el acompañamiento y la ayuda que significa tener a los padres cerca (a su mamá la perdió cuando tenía 6 o 7 años tras una enfermedad que nunca supo cuál fue, y a su padre nunca lo conoció), sin hermanos, es decir sin parientes; y acá va también mi reconocimiento al valor de mi mamá (Blanca) que aunque sí tuvo relación con sus padres, ésta se cortó al comienzo de su adultez, tras la muerte de su madre (mi abuela), pues su padre y hermano la dejaron sola a que haga su vida. Por eso insisto en cuan importante es superar las discordias que muchas veces no son más que conflictos por actitudes egoístas, por desacuerdos económicos, formas de aprovecharse del otro.
La vida es una sola y qué mejor no compartirla siempre con nuestros padres y hermanos, y mejor con más parientes y amigos. Y aunque a mis padres ya no los tengo cerca, tuve la satisfacción de acompañarlos cuando partían; por eso sé que no se han ido, que su energía (algunos dicen sus almas) nos siguen guiando y aconsejando, como cuando de niños nos acompañaron y protegieron.
Yuri
19 marzo 2006


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De padres y madres

La masculinidad se ha impuesto en los pueblos, sobre todo en las sociedades modernas y occidentales. La fuerza y tamaño de los hombres frente a su par las mujeres, ha determinado que sean los dominantes de su entorno y se constituyan en los amos del sistema.
Así, la sociedad ya da por hecho de que el padre es el jefe de familia. Pocas veces o nunca se oirá hablar de reunión de madres de familia, aunque son ellas las que más asisten a esas reuniones. Tampoco se oirá que haya una “madre de la democracia”; siempre habrá un “padre” de la democracia, título rimbombante y piadoso dado a personajes que precisamente fueron antidemocráticos.
Como una concesión absurda de las sociedades machistas se oye decir que “madre hay una sola”. Que yo sepa también “padre hay un solo” y con más razón, porque su participación como progenitor acaba en cuanto la madre ha sido concebida; mientras que madres puede haber varias, si consideramos que en algunas sociedades —incluso antes en la nuestra— muchos niños eran amantados con leche de nodrizas, por lo que podría decirse que esos hijos eran parte consanguínea de otras madres; pero, esos casos, por suerte, fueron pocos, sobre todo en familias adineradas donde la comodidad estaba antes que los lazos de cariño.
Nuestra sociedad ha tolerado siempre los desmanes (o desmadres) del hombre. Un padre que tiene amoríos fuera del hogar es un macho, es un don Juan, pero una mujer que ose hacerlo es “una perdida”, por no decir otro calificativo que normalmente se oye.
A las mujeres, también como concesión machista y por concordancia de género en nuestro idioma, tienen el privilegio de representar a la patria. La “madre patria” será la ficticia imagen del sumun nacional; pero, cómo la maltratan, la despedazan, la venden, la “capitalizan” precisamente los “padres de la patria”, esos personajes del Parlamento que no sé por qué razón se han apropiado del derecho de ser padres de la “madre patria” y nada menos que de nosotros, además de apropiarse de muchos bienes que los hijos de la patria (nosotros) no gozamos. Pero, así se dan las cosas en esta democracia.
Pero también las mujeres reciben reveses. ¿Alguien ha escuchado alguna vez del “padre de todos los vicios”? Que yo sepa, no; pero, sí se conoce a la “madre de todos los vicios” cuyo progenitor es desconocido, como muchos padres que durante o después de la gestación desaparecen; por eso hay más madres solteras que padres.
La irresponsabilidad de muchos hombres hace que no se enteren que son padres biológicos de sus hijos. Otra gran mayoría se niega y muy pocos reconocen a regañadientes y con juicios de por medio.
Esos hijos de madres solteras sufren en el día que agasajan a los padres, en el Día del Padre, porque nuestra sociedad es intolerante e incapaz de comprender que no todas las instituciones, como el matrimonio o la convivencia de parejas, son eternas. Pero además ese sufrimiento se traslada al hogar, donde muchos niños y niñas sin padre reciben una carga de sentimientos adversos y rencores hacia el progenitor, con o sin razón, pero con un daño terrible hacia los pequeños.
Esperamos que algún momento la Reforma Educativa tome en serio estos temas que son determinantes en la formación de los niños, es decir son la “madre del cordero”; y de mi parte un abrazo a los buenos y verdaderos padres... y al mío.
Yuri
Marzo del 2002