LAS PRIORIDADES

Muchas veces justificamos lo que no hacemos o lo que postergamos con un “no he tenido tiempo” o cuando se trata de invertir en algo y no lo queremos hacer, decimos “no tengo dinero”.
Caminamos la vida es un constante mar de actividades: algunas las hacemos por compromisos contraídos premeditadamente, los cuales deben ser cumplidos con rigurosidad; otras nos las inventamos, libremente, por gusto o placer, afinidad u otro tipo de compromiso, y en cada una de ellas damos nuestro tiempo, aunque incluso en las primeras, nos excusamos.
Hay situaciones que nos interesan y le damos todo el tiempo del mundo, mientras que otras que no son de importancia, las postergamos un tiempo o siempre; lo mismo sucede con objetos que queremos o no adquirir.
De todas maneras, las oportunidades no siempre se presentan, y cuando postergamos hacer algo, aunque nuestro compromiso no haya sido pleno, puede que estemos desechando algo importante que por no haberlo valorado realmente en su verdadera dimensión, lo perdamos para siempre, porque las oportunidades no están a la mano en cualquier momento y menos permanentemente.